(Puerto La Cruz, 14 de octubre. Nota de prensa) - El joven lanzador Cody Hall agradece los aplausos de la fanaticada de Caribes de Anzoátegui, luego de haber cumplido su labor. Más de 30 minutos pasan entre firmas de autógrafos, peticiones de fotos y saludos.
“¡Cody, te queremos!” gritaban unos niños en la tribuna central. El joven norteamericano daba las gracias y disfrutaba el momento.
El pitcher tiene apenas 26 años de edad y tres salidas (sólo tres) en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. Apenas 3.1 innings de labor. Pero Hall está camino a meterse en el bolsillo a la exigente afición de la tribu, con una combinación de recta explosiva y dominio de los bateadores contrarios.
Cuando Hall habla de “velocidad suficiente”, se refiere a una recta que ha sido medida entre 91 y 95 millas por hora en Estados Unidos. En sus primeros compromisos en Venezuela, la pistola ha llegado a indicar velocidad de 98 millas. En el Estadio Alfonso “Chico” Carrasquel, donde la pelota corre con mucha facilidad, puede ser una receta peligrosa. Pero Hall ha mostrado el control suficiente para acallar ese temor.“Mi repertorio de lanzamientos está funcionando muy bien y eso es importante”, dijo Hall luego de su segundo rescate de la campaña el domingo ante los Leones del Caracas. “Lo bueno es que estoy poniéndome adelante en los conteos. A veces eso no ocurre, afortunadamente cuento con la velocidad suficiente en mi brazo para usar los pitcheos correctos y eso desequilibra a los contrarios”.
El diestro pertenece a los Gigantes de San Francisco en el beisbol organizado y concluyó su actuación en 2014 con efectividad de 3.14, 1.08 de WHIP, 57 abanicados y 11 salvamentos en 51.2 entradas de labor, vistiendo el uniforme del Richmond (AA).
A pesar de ello, no tenía ofertas de ninguna organización en el invierno, hasta que Pedro Mena, gerente deportivo de Caribes, recibió los primeros informes provenientes de su scout en Estados Unidos.
“Hablamos con el coordinador de pitcheo y el de ligas menores de San Francisco”, dijo Mena. “Todos nos dieron excelentes referencias de él y afirmaron que en dos años podrá estar en grandes ligas. Solo nos piden que lo llevemos con cuidado ya que es aún joven y nunca ha lanzado más de dos días consecutivos”.
De allí que las funciones de candado serán compartidas con Pedro Rodríguez y Jean Carlos Toledo, dependiendo de la situación.
Al recibir la oferta de Caribes, Hall se entusiasmó. Antes había estado en la Liga de Otoño de Arizona, donde los peloteros juegan bajo condiciones controladas, pero el serpentinero estaba ansioso por probarse en circuito en el que cada juego se siente como una lucha de vida o muerte.
“La LVBP es un poquito diferente. En Estados Unidos, intentas tener turnos con un primer lanzamiento en strike. Aquí todos tendrán que ser strikes. No puedo permitir que sientan que estoy en problemas o con mi cabeza agachada. Me gusta mantener una mentalidad de bulldog, la expresaré cuando esté en la loma y no permitiré que nadie me venza”, dijo Hall.
Y así ha sido hasta ahora. Se ha enfrentado a un total de nueve bateadores y ha retirado siete de ellos por la vía del ponche, sin otorgar pasaportes. Es temprano en la campaña, pero no es descabellado para Caribes y su afición, acostumbrados a tener peloteros promesas en su roster, esperanzarse con lo que el norteamericano pueda lograr de aquí hasta la fecha prevista de su partida a finales de noviembre.
Hall no siente presiones. Sabe que tiene un grupo de compañeros con gran calidad defensiva y por eso sabe que no necesariamente debe buscar ponchar a todos sus contrarios.
“En la última jugada del partido del domingo, el campocorto (Orlando Arcia) hizo una excelente atrapada en el cuadro. Eso ayuda muchísimo. Tratas de salir lo más rápido posible del compromiso para que así no se acumulen demasiados pitcheos en tu conteo y entonces poder seguir lanzando en mayor cantidad de juegos”, afirmó Hall.
Mientras tanto, Caribes espera haber encontrado una pieza que le ha sido siempre esquiva a la hora de armar su rompecabezas (Jon Hunton fue una notable excepción): Un cerrador consistente.