Las calles de Pekín acogieron el espectáculo del Dragón-Caballo, una enorme máquina creada por el artista Françoise Delarozière, para conmemorar el quincuagésimo aniversario de las relaciones diplomáticas entre Francia y China.
Al estreno del espectáculo, que se realizó en las inmediaciones del Estadio Olímpico de Beijing, acudieron cientos de adultos y niños, quienes contemplaron esta máquina gigante, diseñada por la compañía teatral francesa ‘La Machine’.
La música y el flash continuo de las fotos acompañaron al gran protagonista del espectáculo, el Dragón-Caballo, que se batió en duelo con una gigantesca Araña metálica de 5,7 metros de altura y 6 metros de ancho, que expulsaba chorros de agua.
El Dragón-Caballo, bautizado como ‘Long Ma Jing Shen’, pesa 47 toneladas y es capaz de galopar, acostarse, respirar, sacar la lengua, abrir y cerrar sus ojos, además de echar fuego por la boca.
De los 70 miembros de la compañía teatral, más de la mitad se encargaron de controlar segundo a segundo todos los movimientos de las dos criaturas robóticas.
Delarozière y el resto del equipo artístico de ‘La Machine’ se inspiraron en la leyenda china de la diosa Nüwa, creadora del orden, quien envió a la tierra el Caballo-Dragón para proteger a los humanos del caos y la destrucción.
El caballo y el dragón son dos figuras mitológicas muy presentes en la cultura oriental.
Según el calendario lunar chino, 1964 fue el año del dragón, fecha en la que el país galo y la República Popular de China establecieron por primera vez relaciones diplomáticas, mientras que 2014 es el año del caballo.
EFE