La presidenta argentina, Cristina Fernández, cargó hoy contra los "secuaces judiciales" en medio de una ofensiva de la Justicia sobre altos funcionarios, durante un acto el que criticó también el "terrorismo de mercado" e insistió en la intención de Argentina de pagar sus deudas.
Fernández arremetió con dureza contra el poder judicial pero no se refirió en ningún momento a Amado Boudou, el primer vicepresidente en activo que se sentará en el banquillo por corrupción y que hoy apareció en primera fila, a su derecha, en un acto en la Casa Rosada, ni mencionó tampoco las investigaciones por presuntas irregularidades en una de sus propias empresas.
La presidenta denunció que "a los sicarios mediáticos se unen algunos secuaces judiciales" y salió en defensa del ministro de Justicia, Julio Alak, citado por un juez a indagatoria coincidiendo con el debate parlamentario de la reforma del Código Penal.
"Parece ser que a algunos jueces no les gusta" el nuevo Código, afirmó tras repasar los intentos fallidos de reforma de sucesivos gobiernos.
"Le llaman ese mismo día (al ministro), tal vez para intimidarle a él o a mí", agregó durante el acto oficial en conmemoración de los 31 años de democracia en Argentina, deslucido por una tormenta que obligó a Fernández a pronunciar su discurso en la Casa Rosada y no en la Plaza de Mayo como estaba inicialmente previsto.
"A Alak lo llaman por una causa de 2008 de Aerolíneas Argentinas, una aerolínea que recibimos quebrada y vaciada. Nunca un fiscal o juez argentino procesó o llamó a uno de los vaciadores empresarios extranjeros. Fue la justicia española la que finalmente los juzgó, los condenó y los encarceló", dijo en alusión al expresidente de Aerolíneas, Gerardo Díaz Ferrán.
Cristina Fernández cargó también contra el "terrorismo de mercado" y los llamados fondos buitre, los fondos especulativos que denunciaron a Argentina para cobrar su deuda íntegra, para insistir en la voluntad del país de cumplir con sus compromisos.
"Vengan a cobrar ahora, tenemos dólares para darles", dijo la mandataria, que tampoco se refirió al duro revés sufrido por el país en la última emisión de deuda, esta misma semana, con una emisión de 3.000 millones de dólares que no cubrió ni siquiera el 3 por ciento.
"No nos van a correr unos buitres desplumados", insistió.
La presidenta admitió que estos once años y siete meses de gobiernos kirchneristas, que inauguró en 2003 su esposo y antecesor en el cargo, el fallecido expresidente Néstor Kirchner, y renovó ella en 2007 y 2011, "no han sido fáciles, no ha sido coser y cantar", y salió al paso de los rumores sobre sus supuestas aspiraciones tras dejar el poder, en 2015.
"Por ahí me andan nominando. Les pido por favor que nadie me nomine", dijo Fernández, de 61 años, que habló también del proceso electoral que vivirá el país el próximo año para advertir que "las candidaturas son algo más que una foto, que un color, algo más que bonitas palabras".
"Necesitamos hombres y mujeres identificados con proyectos colectivos. Lo necesita la democracia (...) Necesitamos que todos sean claros. No basta sacarse una foto conmigo", agregó Fernández, que aún no ha destapado a su favorito para la contienda electoral.
"En la democracia y en la política tienes que jugar y ser un cuadro político y haber empezado desde abajo para conducir un país", concluyó, antes de saludar a miles de simpatizantes congregados en la Plaza de Mayo.
La carrera electoral, según las encuestas, se presenta muy ajustada, entre el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, el peronista disidente Sergio Massa y el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri.
EFE