Las relaciones de América Latina y el Caribe con China pueden ser de gran utilidad para que la región pueda afrontar sus desafíos en infraestructura, innovación y recursos humanos, elevar sus niveles de productividad y competitividad y diversificar sus exportaciones.
Así lo afirma un informe elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, que fue entregado este jueves por la Secretaria Ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena, al Primer Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y China, que se realiza del 8 al 9 de enero en Beijing.
La publicación resalta que la CELAC es la instancia más apropiada para que la región aborde los nuevos desafíos que se perfilan porque las iniciativas nacionales, aunque necesarias, resultan claramente insuficientes para lograr el objetivo de ser un socio económico y comercial relevante para China.
Entre 2000 y 2013, China pasó de ser un socio menor de la región a un actor central; el comercio de bienes entre ambas partes se multiplicó por 22, pasando de poco más de 12.000 millones de dólares a casi 275.000 millones de dólares.
El informe apunta que con la moderación del ritmo de expansión de su economía a partir de 2012, China podría colocar sus excedentes de ahorro en el exterior, y que América Latina y el Caribe podrían ofrecer oportunidades interesantes para esos capitales.