La crisis en España ha golpeado con especial dureza a los inmigrantes. Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Comisión Europea muestra cómo la situación de los extranjeros se ha deteriorado en los últimos años de una forma que prácticamente no tiene parangón en Europa. Tanto en desempleo, tasa de pobreza o niveles educativos, los inmigrantes en España están entre los que peor parados salen.
El informe analiza por primera vez de forma global la integración de los inmigrantes y sus hijos. Y cuando se estudia sus niveles de pobreza en los 34 países miembros de la OCDE, solo los griegos salen peor parados. Un 40% de ellos viven en pobreza relativa (es decir, mantienen su hogar con menos de un 60% de la renta mediana). Este porcentaje dobla al de los nativos. Y la tasa de pobreza relativa entre los menores de 16 años supera el 50%, récord que, una vez más, solo alcanzan los griegos.
Los datos desalentadores de pobreza están relacionados directamente con el derrumbamiento del mercado laboral que ha vivido España en los últimos años. Mientras que en 2007 los inmigrantes tenían más probabilidades de encontrar un puesto de trabajo que los nativos, la crisis ha invertido esta situación. Las tasas de empleo de los extranjeros se redujeron entre 2007 y 2012 en 20 puntos porcentuales, más del doble de lo ocurrido entre los nacidos en España.
“Los inmigrantes son más sensibles al ciclo económico en todos los países, tanto para bien como para mal. Vemos por ejemplo cómo en Alemania la tasa de empleo ha aumentado más en este colectivo que entre la población en general. Y en España ha ocurrido lo contrario. También observamos que ante la recuperación que ya estamos notando en España se pueden beneficiar más rápidamente”, explica Thomas Liebig, experto en inmigración de la OCDE.Este desplome ha sido especialmente grave entre los hombres, que ejercían mayoritariamente ocupaciones especialmente castigadas por la crisis, como la construcción. Las mayores dificultades de los inmigrantes en España se resumen en una cifra: mientras que la tasa media de empleo en la OCDE llega a los dos tercios, en España se queda ligeramente por encima del 50%.
La peor situación que vive este colectivo hace que los inmigrantes sean más proclives a adaptarse a nuevas ofertas de trabajo, y a aceptar empleos peor remunerados o que requieran un desplazamiento geográfico. Otro de los problemas que afecta a los trabajadores inmigrantes y a sus familias es el menor nivel educativo. De todos los países de la OCDE, Italia y España son los que registran peores tasas, con casi la mitad de los inmigrantes que solo tienen estudios primarios. España también registra la segunda peor puntuación en cuanto a alfabetización de inmigrantes, con un 43% de la población nacida en el extranjero con un nivel de alfabetización básico.
“Los inmigrantes pueden contribuir a paliar el problema demográfico que tiene España. Y el mayor desafío es la forma de integrar a sus hijos en el sistema escolar. España debería aprender de los errores y de los aciertos de países con más experiencia en la materia, como Alemania, Francia o los escandinavos. Una de las claves es la importancia del prescolar a la hora de integrar a niños que vienen de sistemas educativos y culturas distintas”, concluye Liebig.EL PAIS