Cuando se creó el Walkman una de las ventajas que tenía era que se podía grabar un cassette con las canciones que más te gustaban. No había límites ni barreras ni fronteras ni baterías, tan solo unas pilas AA que se sustituían cuando la cinta iba más lento de lo normal. Esa libertad es la misma que demandaba Masaru Ibuka, co-fundador de Sony, a Norio Ohga cuando en 1978 le dijo que modificara la Sony Pressman, una grabadora indicada para periodistas, para que fuese stereo y tan solo reprodujera música en lugar de grabar sonido.
El origen
A finales de los ’70 Masaru Ibuka pasaba mucho tiempo en vuelos transoceánicos entre Japón y EE.UU. El país norteamericano se había convertido en una prioridad para los japoneses ya que gozaban de un gran mercado donde vender sus productos. En esos viajes, a Ibuka san, le gustaba relajarse con música clásica pero no había una manera eficaz de escucharla ya que necesitaba un reproductor estéreo, algo muy grande y pesado en la época, y el equipo que llevaba consigo, un Sony TC-D5 como el de la foto, era demasiado pesado y aparatoso.
El jefe de la división de grabadoras de cinta, Kozo Ohsone, siguió las instrucciones de Norio Ohga que, a su vez, las había recibido de Ibuka y preparó un prototipo de la Pressman que no grabase sonido pero, en su lugar, lo reprodujera en estéreo. Días después Ibuka tuvo la oportunidad de probar el invento y quedó tan maravillado que se lo llevó al, entonces, presidente de la compañía, Akio Morita, y le dijo “Prueba esto. ¿No te parece que un reproductor de cassette que puedas escuchar mientras caminas es una buena idea?”
Morita sama, gran amante de la música clásica, comprendió de inmediato que lo que tenía entre las manos era algo que podía colocar a la compañía en la vanguardia de la tecnología. Para ello, dio instrucciones específicas a su equipo de ingeniería de que hicieran el producto “para satisfacer a los jóvenes que querían escuchar música todo el día”. Pero no todo iba a ser un camino de rosas. Tenía que estar listo para el verano y venderse a un precio similar al de la Pressman.
El lanzamiento
Cuatro meses más tarde el TPS-L2 ya estaba listo con doble entrada de jack para compartir la música pero el nombre no era muy comercial, admitámoslo. La fecha de lanzamiento se acercaba y nadie se ponía de acuerdo con el nombre. Desde Sony America propusieron “Sony Disco Jogger” ya que la música disco y el jogging eran muy populares eran muy populares en la época. En cambio, Ibuka san, quería llamarlo Walkman, siguiendo la línea marcada por el Pressman. Por fin algo de coherencia. Por otro lado, Morita sama hizo uso de su cargo y acabó llamando al producto “Sundabout” en su salida en el mercado norteamericano. De hecho tuvo varios nombres hasta que no se utilizó el definitivo Walkman. En EE.UU el Sundabout, en el Reino Unido Stowaway y en Suecia el Freestyle.
La gente que viajaba a Japón compraba el novedoso dispositivo para llevarselo a casa como regalo para familiares o amigos. Con un precio que rondaba los 150$ de la época era algo que combinaba tres factores importantes para triunfar: novedad, excentricidad y tecnología. En abril de 1980, Morita sama declaraba en una reunión de ventas que “Walkman” sería el nombre comercial final y en junio del mismo año desembarcaba en los EE.UU preparado para triunfar. Tanto es así que se calcula que entre todos los modelos se han vendido 385 millones de unidades en todo el mundo. Un cifra que ha otorgado a Sony la categoría que tiene a día de hoy.
31 años después de su lanzamiento, el 24 de octubre de 2010, Sony anuncia el cese de producción de los walkman. Sin embargo se sigue utilizando el nombre como marca orientada a la excelencia musical en productos de la casa japonesa como móviles o reproductores MP3. Aunque es cierto que el invento duró más de tres décadas, su declive comenzó apenas un año después de salir al mercado.
En la interminable carrera por la innovación y la dominación del mercado con un formato propio que supere a los demás, Sony presentó en 1980 el compact disc. Un formato revolucionario que permitía almacenar hasta 80 minutos de audio, frente a los 60 del casette, con una calidad que superaba con creces a cualquier otro formato hasta entonces conocido.
Un año después, el director de orquesta Herbert Von Karajan promovió en el festival de Salzburgo la cualidad y las ventajas del CD que, a partir de ahí empezó a popularizarse. Lo que poca gente conoce es la amistad que Von Karajan tenían conNorio Ohga, el creador del primer prototipo de Walkman. El ingeniero japonés había estado en Berlin y Munich estudiando música, hecho que le había permitido colaborar con Sony y entrar a trabajar en la compañía. En octubre de 1982 salía a la venta el primer reproductor de CD del mundo, el Sony CDP-101, y en 1984 se lanzaba el CD Walkman D-5.
Con información de hipertextual.com