Justin Trudeau, de 43 años y maestro de escuela, se convertirá en las próximas semanas en el primer hijo de un exprimer ministro canadiense que ocupa el mismo lugar de su progenitor al frente del Gobierno de la nación. Como líder de los liberales Pierre Elliot Trudeau gobernó de 1968 a 1979 y de 1980 a 1984.
Durante su mandato se distinguió como un apasionado político, extravagante a veces, deslenguado en muchas ocasiones y que nunca dejó a nadie, ni partidarios ni oponentes, indiferente. Pero sobre todo fue un político clave para entender la Canadá moderna.
Pierre Trudeau es quien realmente creó el concepto de Canadá como país bilingüe y multicultural, abierto a la emigración no sólo de procedencia europea, sino de todos los rincones del mundo.
Plantó cara a Estados Unidos con sus políticas de acercamiento hacia China y Cuba, hasta el punto de mantener una relación de verdadera amistad con Fidel Castro, quien en el año 2000 acudió a Montreal a su funeral a consolar a Justin Trudeau y su madre, Margaret. En Canadá se ganó profundas enemistades que todavía perduran.
Tras la contundente derrota del Partido Conservador en las elecciones del lunes, destacados dirigentes conservadores reconocían que una de las principales razones por las que el líder conservador, Stephen Harper, se presentó a la reelección fue sólo por el placer de derrotar a un Trudeau. Y falló a pesar de los ataques personales que lanzó contra el joven Trudeau, en muchos casos considerados infantiles por los analistas políticos.
Por ejemplo, durante la campaña electoral, cada vez que Harper se refirió al líder liberal lo hizo sólo por su nombre, no su apellido. Dos días después de la muerte de Pierre Trudeau en el año 2000, Harper resumió su desdén hacia el líder liberal en un artículo publicado en la prensa conservadora.
Harper rechazó el concepto de "sociedad justa" creado por Trudeau, sus políticas económicas y sociales y su visión de Canadá como unidad.
El derrotado líder conservador incluso se rebajó a criticar a Pierre Trudeau porque no se había alistado en el Ejército durante la Segunda Guerra Mundial.
En Québec, la provincia natal de los Trudeau, el fallecido dirigente también despertó profundas antipatías, especialmente cuando en 1970 decidió sacar al Ejército a las calles de ese territorio para contener la "crisis de octubre" cuando separatistas francófonos recurrieron a acciones armadas.
Durante una entrevista en medio de la crisis, a Trudeau se le preguntó hasta qué punto estaba dispuesto a ir para defender el orden, a lo que el entonces primer ministro dijo: "simplemente mírame".
Justin Trudeau no puede evitar la sombra de su padre. Los líderes liberales le eligieron como su última esperanza para reconstruir el histórico partido tras la catastrófica derrota de 2011, cuando el Partido Liberal quedó reducido a sólo 34 diputados en el Parlamento.
En su autobiografía "Common Ground", aparecida en octubre de 2014, el joven político canadiense revela el consejo que le dio su padre en una conversación con su esposa, Sophie.
"Le recordé a Sophie que mi padre me dijo una vez que nunca debería sentirme obligado a ser un político: 'Nuestra familia -dijo Pierre Trudeau- ha hecho más que suficiente'", escribió Trudeau.
Quizás Trudeau, padre de tres hijos, nunca sintió la obligación de entrar en el mundo de la política, su profesión es maestro de escuela y durante años ejerció como tal, pero el Partido Liberal, que muchos consideran el "partido natural" de Canadá, sí lo cree.
En un país en el que hasta ahora se comparaba a los Trudeau con los Kennedy de Estados Unidos, la histórica victoria de Justin en las elecciones del 19 de octubre ha labrado en piedra la imagen de su familia como la dinastía política de Canadá.
EFE