La Cámara de Diputados de Brasil votó este domingo por una mayoría de más de dos tercios a favor de la apertura de un juicio de destitución (impeachment) de la presidenta Dilma Rousseff, por presunta adulteración de las cuentas públicas. Pero, ¿cómo sigue la suerte de la mandataria?
Los diputados aprobaron que el proceso de destitución vaya al Senado, dejando a la mandataria a dos pasos de salir definitivamente del poder.
El Senado puede comenzar el proceso el próximo mes y de aprobar el juicio, Rousseff tendría que apartarse del cargo mientras es juzgada. Rousseff niega haber cometido un "crimen de responsabilidad" y denuncia una tentativa de "golpe de Estado".
De momento, la próxima batalla se librará en el Senado, a menos que el gobierno recurra a instancias judiciales.
Estos son los pasos que el proceso podría transitar en la Cámara alta:
- El Senado, de 81 miembros, formará una comisión de 21, que dará su opinión sobre la admisibilidad del proceso. Para que emitir dictamen se necesita una mayoría simple de los legisladores presentes, una vez conseguido un quórum de 42 senadores. De no lograr ese respaldo, el proceso se archiva. Analistas consideran improbable que, llegado el caso, el Senado rechace un dictamen que ya tuvo el visto bueno en Diputados y de una comisión propia en la que están representados todos los partidos de la Cámara alta.
- Si el Senado valida la apertura de un juicio de destitución, Rousseff sería apartada de manera provisoria de sus funciones durante un máximo de 180 días, para dar lugar al proceso propiamente dicho. Sería reemplazada de manera provisoria por su vicepresidente, Michel Temer, del partido PMDB. Se estima que esta sesión podría darse en mayo.
- La sesión final del juicio tendría lugar igualmente en el plenario del Senado, bajo la dirección del presidente del Supremo Tribunal Federal. Son necesarios dos tercios de los votos (54 de un total de 81), para destituir definitivamente a la mandataria, cualquiera sea el número de presentes. De lo contrario, Rousseff reasumiría inmediatamente sus funciones. En caso que sea formalmente destituida, Temer completaría su mandato hasta 2018.
Temer y su partido, PMDB, se encontrarán con una oposición vengativa, si Rousseff es forzada a dejar el cargo. Profundamente impopular entre la mayoría de los brasileños, Temer, de 75 años, enfrentaría un problema de credibilidad al llegar a la presidencia sin el voto popular. Temer enfrenta un proceso en la justicia electoral, acusados de haber recibido dinero sucio de la trama de corrupción en Petrobras para financiar su campaña. El tribunal podría anular la elección, llamar a nuevos comicios.
Por último, la última proyección del diario O Estado sobre la votación en el Senado no es favorable para la mandataria: 45 a favor del impeachment frente a 21 en contra.El Perfil.com