Cientos de niños chinos han desarrollado diversas enfermedades, entre ellas cáncer, después de que su instituto fuera trasladado a una zona contaminada, cerca de donde antes operaban diversas plantas químicas, publicó este lunes la prensa del país.
Más de seiscientos estudiantes del centro, en la provincia oriental de Jiangsu, han sido sometidos a revisiones médicas y los doctores han confirmado que 493 tienen algún tipo de problema, como bronquitis, anomalías de la tiroides o en la sangre, y en algunos casos leucemia o linfoma, informa hoy el diario South China Morning Post.
Desde diciembre del año pasado, alumnos y profesores del centro privado de Lenguas Extranjeras de Changzhou, en la citada provincia, se habían quejado sobre un extraño olor que salía de un lugar cercano al instituto, donde en el pasado operaban tres plantas químicas.
Los padres de los niños llevaban meses temiendo que la contaminación del medioambiente fuera la culpable de los síntomas que empezaron a mostrar sus hijos, entre sarpullidos, dolores de cabeza o tos.
En el momento de las quejas, las autoridades dijeron que estaban llevando a cabo un proyecto de restauración del suelo, y el centro concluyó el pasado febrero que la zona era segura.
La cadena estatal CCTV llevó a cabo una investigación en la que descubrió que la construcción del centro, de 310 millones de yuanes (47 millones de dólares, 42 millones de euros) comenzó siete meses antes de que terminara la evaluación del terreno.
Además, desveló la presencia de metales pesados y compuestos orgánicos tóxicos en el suelo y las aguas subterráneas de la zona, además de niveles de una sustancia cancerígena casi 100.000 veces por encima de lo saludable.
Las autoridades han abierto una investigación de lo ocurrido y han detallado que de los 2.451 alumnos del centro escolar, cinco no acuden a clase, cuatro de ellos por enfermedad, mientras otros cinco estudiantes esperan a ser trasladados a otro centro.
El resto seguía con normalidad las clases, según los medios oficiales, que añaden que tres de los 210 profesores del centro están de baja.
En un comunicado, la organización Greenpeace considera hoy que el caso es un recordatorio de "la gravedad de la contaminación química en China".
Además, destaca que el hecho de que se anunciara que se había solucionado el problema evidencia "vacíos" en el sistema de gestión de los químicos peligrosos en el país.
Al parecer, añade Greenpeace, la escuela había estado utilizando el agua subterránea que se había declarado no apta para uso humano EFE