Sus hinchas no quieren despertarse nunca de este sueño. Peñarol, el club del barrio Materno, que siempre se pudo jactar por su popularidad, ahora también se jacta de ser el absoluto dominador de la Liga Nacional y, como Atenas a finales de los 80 y durante los 90, marca el rumbo en el básquetbol argentino.
Entonces cómo no entenderlos a ellos, los que padecieron las épocas de vacas flacas, cuando piden una y otra vez, casi hasta el hartazgo por la continuidad de Sergio Hernández, el que mejor sabe manejar este Fórmula 1 en el que se ha transformado este equipo a partir, también del ingenio de dirigentes que apuestan cada vez más fuerte. Pero ya habrá tiempo para preocupaciones. Ahora sólo es cuestión de festejar. Y eso hacen los hinchas: festejan, saltan, cantan y agradecen. El agradecimiento, precisamente, es el denominador común en el Polideportivo. Para Leonardo Gutiérrez y Tato Rodríguez, los emblemas; pero también para los pibes Franco Giorgetti y Matías Sesto. Incluso los más chicos, que no vivieron la etapa más dura, gritan al unísono "Gracias muchachos, muchas gracias, de verdad..." acaso advertidos por los apóstoles más grandes, de que hubo un momento al que no se quiere regresar. Una fiesta arranca en el estadio y se propaga por toda Mar del Plata. Peñarol ya venció 89-83 a Atenas, al igual que el año pasado cerró la serie 4-1 y se abraza con Ferro, Estudiantes de Olavarría y su víctima de hoy y les dice que también es bicampeón. De yapa, reluce otros dos récords, los de Leo Gutiérrez, quien sumó su octavo título y se convirtió en el jugador más ganador de la historia; y Sergio Hernández, a partir de esta noche líder entre los entrenadores con cinco estrellas.
Pero el último paso vaya si costó. Fue ese triple de Leo Gutiérrez con el que abrió el juego y los cuatro minutos iniciales en los que pudo imponer el vértigo que tan bien le sienta, que hicieron pensar que Peñarol iba a poder quebrarlo rápidamente a Atenas. La máxima de 17-7, con Leo Gutiérrez intratable y Tato Rodríguez (9 en el cuarto) y Kyle Lamonte (9) afilados, parecía suficiente para la moral del griega. Pero nada de eso ocurrió. Luego del minuto pedido por Sebastián González, la visita cambió la cara. Frenó el envión local, empezó a hacer circular la bola y a generarle dolores de cabeza, con Lescano (7) y Lewis (6) como abanderados. La reacción de Atenas, de todos modos, no sirvió para recortar demasiado la brecha (33-26 al final del 1C), sino para quitarle ritmo a Peñarol.
El embate cordobés continuó en el segundo. Sergio Hernández decidió arrancar con tres suplentes (Campazzo, Safar y Ale Diez) reforzados por Mata y Leiva. Ahí Atenas aprovechó y con una formación atípica (Lábaque, Gerbaudo, Lescano, García y Williams) se adueñò del control psicológico del juego. Fue así que metió un parcial de 11-4, con un impecable Gerlero (6), y Lescano y García como buenos acompañantes. A 4m8s del cierre del parcial, para tratar de darle algo de oxígeno volvió Leonardo Gutiérrez a la cancha. Aportó sus triples Leo pero no pudo influir sobre sus jugadores como otras veces. En este contexto, el conjunto cordobés lo cerró mejor de la mano de Gerlero y con la picante noche de Lewis (14 en la primera mitad), y se fue al descanso largo abajo por apenas un punto, 49-48. Un panorama que seguramente Sebastián González y compañía hubieran firmado si se les proponía antes de viajar a Mar del Plata.
Motivado, conciente de que el triunfo era posible y que todavía podía dar discusión en la serie, Atenas volvió con todo. Con un Lewis endemoniado (11), logró pasar al frente por primera vez en el juego a 3m46 del cierre, con un triplazo de Bruno Lábaque. Pero Peñarol respondió rápido, con dos jugadas de tres puntos, una de Safar y otra de Leo Gutiérrez. Lewis no se amilanó y devolvió gentilezas y volvió a frenar la reacción de Peñarol. Así, se mantuvieron palo y palo hasta el final, que volvió a mostrar al local arriba por sólo uno: 67-66.
El último cuarto fue vibrante, como no podía ser de otra manera. Arrancó con todo Peñarol, metió una ráfaga de 5-0 y levantó el Polideportivo. Pero Lewis, otra vez, con dos jugadas de tres puntos, igualó en 72. En la siguiente, Campazzo capturó un rebote ofensivo y solito la embocó. Pero Williams emparejó en 74 con dos libres. El reingresado Lamonte, también desde la línea, le dio ventaja de dos al local (76-74). Y con una volcada de Williams en la cara de Leiva, Atenas lo empardó, ante la decepción del público local.
Doble marcado, Leo Gutiérrez intentó hacerse cargo de la responsabilidad en ofensiva, que hasta ahí había sido exclusividad de Lamonte, Safar y Campazzo. Exigido, el ala pivote fue hacia el aro y le cometieron la falta para evitar una conversión sencilla. El plan de Atenas salió a la perfección, ya que Leo falló los dos libres. Aunque, una corrida de Safar, tras un rebote increíble de Leiva volvió a poner arriba a Peñarol, que estiró un punto más por un libre de Mata (79-76), luego de una mala determinación en ofensiva de Gerlero.
Peñarol sabía que, no siendo su mejor noche en ataque, necesitaba ajustar su defensa para frenar el tándem Lewis-Williams y así poder festejar. Cerrados los caminos hacia Williams, Lescano encaró y recibió falta. Metió sólo uno y Atenas quedó a un doble (79-77). Aumentó a cuatro Peñarol, con un doble de Mata, quien pescó un rebote luego de una ofensiva sucia. Y luego, a cinco, ya que García metió uno sólo desde la línea y en la siguiente recibió la asistencia de Campazzo muy solo debajo del aro.
Gerlero acortó a dos con un triple. Campazzo no dudó desde la línea y le dio brecha de cuatro, con 25s en el reloj. Atenas ya no tuvo respuestas. Peñarol jugó con la mochila que traía Atenas a cuesta, liquidó la historia y desató el festejo que arengó también el Oveja Hernández tras la ceremonia de premiación. "No quiero que nadie se vaya a dormir antes de las 6 de la mañana", dijo, exultante, el DT. Los hinchas, más que él, sabían que una consagración de tal magnitud merecía una celebración inolvidable.
Síntesis
Peñarol (89): Sebastián Rodríguez 12, Kyle Lamonte 11, Marcos Mata 5, Leonardo Gutiérrez 25 y Martín Leiva 6 (FI) Alejandro Diez 3, Nicolás Lauría 1, Facundo Campazzo 16, Selem Safar 6 (x), Alejandro Reinick 4. DT: Sergio Hernández
Atenas (83): Bruno Labaque 12, Juan Manuel Rivero 2, Matías Lescano 12, Greg Lewis 31 (x) y James Williams 10 (FI) Diego Gerbaudo 0, Miguel Gerlero 13, Mariano García 3, Bruno Barovero 2, Pablo Orlietti 2, Felipe País 0. DT: Sebastián González
Parciales: 33-26, 49-48, 67-66
Arbitros: Juan Fernández, Diego Rougier, Fabricio Vito
Cancha: Polideportivo Islas Malvinas.