(dpa) - El excanciller y flamante ministro de Defensa de Brasil, Celso Amorim, aseguró que “nunca” fue “amiguito” de Irán, en una entrevista exclusiva publicada este miércoles por el diario “Folha de Sao Paulo”.
Al ser indagado sobre las reacciones negativas de sectores militares a la política de acercamiento al líder iraní Mahmud Ahmadineyad durante el pasado gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, Amorim aseguró que “nosotros nunca nos hicimos amiguitos de Irán, que no es una prioridad de la política externa”.
“Lo que sí fue prioridad, en un determinado momento, fue solucionar un problema grave para el mundo: (las sospechas en torno) al programa nuclear de Irán“, expresó el excanciller, al justificar las gestiones realizadas por Lula en 2010 para intentar un acuerdo entre Teherán y la comunidad de los países occidentales.
Según el ministro, el problema en la época era defender el derecho de los países a tener un programa nuclear con fines pacíficos y, al mismo tiempo, alejar las desconfianzas en torno a este proyecto.
“Hemos intentado direccionar una propuesta de los países de Occidente, empezando por Estados Unidos, que luego cambió de posición y consideró que ya no valía. Pero la verdad es que tuvimos estímulo por parte de ellos. O sea: nunca hubo una aventura iraní, como quieren hacer creer algunos. Hubo una actitud independiente y transparente de nuestra parte”, aseveró.
Amorim se negó asimismo a ratificar la declaración que hizo a comienzos de este año, cuando criticó en un artículo la decisión del gobierno de Dilma Rousseff de votar en favor del nombramiento de un relator de la ONU para investigar violaciones de los derechos humanos en Irán.
Por otra parte, el flamante ministro reiteró su posición favorable a la retirada de las tropas brasileñas que comandan el sector militar de la Misión de las Naciones Unidas para Estabilización de Haití (Minustah), pero declinó suministrar detalles sobre los planes.
“Es hora de discutir una salida organizada, incluso con la ONU. Una posibilidad es dejar (en Haití) un batallón de ingeniería del Ejército”, agregó.
Amorim asumió el comando del Ministerio de Defensa en sustitución de Nelson Jobim, quien ocupaba el cargo desde 2007, cuando fue nombrado por el entonces presidente Lula da Silva, y quien renunció la semana pasada, después de criticar públicamente a dos de sus colegas de Gabinete.
En declaraciones hechas bajo condición de anonimato a medios de prensa brasileños, varios oficiales militares criticaron la designación de Amorim y expresaron su temor a su supuesta tendencia ideológica “izquierdista”.
En la charla con “Folha de Sao Paulo”, Amorim evitó definirse como izquierdista: “Es mejor que otros pongan estos rótulos. Unos dicen que fui nombrado por la presidenta Dilma por ser nacionalista, lo que complace a los militares. Otros dicen que (su designación) fue porque soy izquierdista, lo que no les complace. ¿Pero no es cierto que en Brasil nacionalismo se confunde con izquierdismo?”.
“Uno no puede convertir a las Fuerzas Armadas en algo partidario, ni hacia la izquierda, ni hacia la derecha, ni hacia el centro. Para esto tenemos a la presidenta de la República, que es la que elige y decide y que fue elegida por el pueblo brasileño”, concluyó