El filósofo y conductor del programa de televisión Cayendo y Corriendo de VTV, Miguel Ángel Pérez Pirela, denunció este miércoles que “el cogollo” opositor al gobierno de Hugo Chávez mantiene una “doble táctica” de “provocación” y vejación a las Fuerzas Armadas, apoyados en algunos medios de comunicación privados, para desencadenar una insurrección militar.
“Resulta que un miembro de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y por ser un miembro de la Unidad Democratica inferimos nosotros, porque no ha habido desmentidos o revisiones, que es la misma Mesa de la Unidad Democrática que dice lo siguiente: Resulta que Oswaldo Álvarez Paz pide la renuncia del Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías. Nada mas y nada menos que la renuncia del Presidente de la República”, dijo en el acostumbrado editorial de su programa.
La denuncia de Pérez Pirela surgió al recordar un artículo de opinión aparecido hoy en El Nacional, en el que Álvarez Paz sugiere a Hugo Chávez que renuncie al cargo de Presidente.
“Chávez debería renunciar. Las fuerzas motrices de la nación deben prepararse para un gobierno de transición, bajo un pacto de gobernabilidad integrado por quienes compartan esos principios y valores fundamentales que identifican a todos los demócratas”, dice un extracto de la nota de Álvarez Paz.
Álvarez Paz también usó su cuenta en Twitter para pedir la renuncia de Chávez e instar a la “Venezuela decente” a exigir la dimisión del Mandatario.
“La destrucción del país, la entrega de nuestra soberanía, el desgobierno, la Venezuela decente debe pedirle la renuncia a Hugo Chávez”, escribió en la red social el pasado 9 de agosto.
Aseguró además que algunos medios privados “la tienen agarrada” con la Fuerza Armada, presuntamente provocando a la cúpula militar para propiciar “11 de abriles”.
“Los medios privados la tienen agarrada con la Fuerza Armada. Son elementos que no pueden pasar por debajo de la mesa. Se sigue provocando al mundo militar (…), una doble táctica un tanto estúpida. Primero se veja a la Fuerza Armada, y por otra se le incita a meterse por los caminos verdes (…). Es un acoso mediático”.
El conductor de Cayendo y Corriendo criticó igualmente que los opositores esperen a que Hugo Chávez “ponga un pie fuera de las fronteras” de Venezuela para “comenzar con esta provocación”.
“Estoy seguro que el efecto bumerán, desde el punto de vista político, les explotará en la cara. Por favor, déjennos trabajar a todos los venezolanos”.
Lea la columna completa de Álvarez Paz:
No faltarán quienes digan que es una necedad ingenua plantear la renuncia del Presidente. Repetirán, en tono de resignación pesimista, que no lo hará y que la única vía para poder sustituirlo es la elección que deberá realizarse en no sabemos cuál momento del año próximo.
En quienes de buena fe manifiestan sus dudas existe el temor al caos o al salto en el vacío que, según ellos, pudiera darse con la salida del señor. Parecieran partir del principio absurdo de que más vale malo conocido que bueno por conocer. Estos sentimientos existen, aunque mezclados con la creciente indignación de una población harta de tanta demagogia, de las payasadas aclamacionistas del régimen, de su ineficacia y de las múltiples manifestaciones de corrupción que asoman descaradamente los que en la calle van siendo calificados como “los pranes del oficialismo”.
Descubrimos que no todos son jefes en las cárceles y centros de detención del país. También existen en las distintas instancias del poder gracias a una impunidad insólita que ya es política de Estado.
Lo cierto es que nada funciona bien en Venezuela. Con la sola excepción de las estructuras del crimen organizado, presenciamos la obra destructiva del peor gobierno de la historia. Tomamos como referencia los principios y valores del sistema democrático.
No será malo este proceso desde una perspectiva socialista y comunistoide.
La idea de ellos es destruir lo existente. Liquidar institucionalmente la democracia y destruir todo centro de poder, público o privado, que escape al control del señor, es un imperativo categórico que cumplen afanosamente.
Van más allá.
La dignidad de la persona humana está vulnerada con la erosión definitiva de la libertad, en su acepción más amplia, de la propiedad como base patrimonial de la familia y de las empresas, y de la falta de seguridad de las personas y de los bienes, sin lo cual es imposible vivir con un mínimo de normalidad.
El país se derrumba. El proceso será inevitable mientras el régimen exista. Para colmo, la enfermedad grave del señor coloca el proceso en un estado tal de anarquía que todo camina para peor, sin supervisión ni control.
Los demonios oficialistas están sueltos y la soterrada lucha por el control del poder se hace abierta y pública.
Chávez debería renunciar. Las fuerzas motrices de la nación deben prepararse para un gobierno de transición, bajo un pacto de gobernabilidad e integrado por quienes compartan esos principios y valores fundamentales que identifican a todos los demócratas. Este señor, enfermo, en proceso de recuperación o sano, ha sido un pésimo presidente. Está sobregirado en un tiempo que ya se agotó.
