(AFP) – La guerrilla colombiana busca nuevas fuentes de financiamiento y por ello amenaza los intereses petroleros en este país, dijo el miércoles el presidente Juan Manuel Santos, al considerar que eso se inscribe en una nueva estrategia de los subversivos.
“Hemos avanzado mucho en materia de seguridad, pero nos falta todavía terreno por recorrer”, declaró Santos durante una rueda de prensa con el primer ministro canadiense Stephen Harper en la que fue interrogado sobre recientes ataques a empresas petroleras canadienses presentes en Colombia.
“Los terroristas (de las guerrillas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y Ejército de Liberación Nacional) están desesperados, pero no derrotados”, señaló Santos, al aseverar que los insurgentes han diseñado “una nueva estrategia para buscar fuentes de financiación”, tratando de extorsionar a las empresas con amenazas.
“Estamos conscientes de ese problema y estamos en permanente coordinación con el sector petrolero, con las empresas canadienses, para ofrecerles todas las garantías y toda la seguridad para que puedan operar sin ninguna restricción en nuestro territorio”, añadió.
En tanto, el primer ministro canadiense consideró que aunque hay “riesgos en materia de seguridad” en Colombia, estos “han disminuido sustancialmente”.
“Hemos hablado de esos desafíos. Confío en que habrá mejorías”, declaró Harper.
Los dos gobernantes hicieron estas declaraciones luego de que en días recientes se registraron varios ataques contra intereses petroleros, algunos de ellos canadienses, de parte de las FARC, guerrilla fundada en 1964 y que aún dispone de unos 8.000 combatientes segun datos oficiales.
El 4 de agosto, presuntos guerrilleros de las FARC incendiaron en el sur de Colombia seis vehículos de carga al servicio de la petrolera británica Emerald Energy, que ya sufrió en junio el secuestro de cuatro de sus empleados chinos.
El 8 de agosto, instalaciones de la petrolera canadiense Alange Energy en el departamento de Norte de Santander (este, fronterizo con Venezuela) fueron atacadas por presuntos guerrilleros que incendiaron un tanque de crudo, sin dejar víctimas.