La sonda Messenger de la NASA, la primera nave espacial en entrar en la órbita de Mercurio, ha encontrado "extraños huecos" en su superficie que demuestran que ese planeta "está todavía en evolución de una forma sorprendente", anunció la agencia espacial estadounidense.
"Nunca hemos visto nada como esto en una superficie rocosa", comentó en un comunicado David Blewett, miembro del grupo de científicos del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, que dirige la misión de la sonda.
En Mercurio no hay atmósfera y, sin ella, "el viento no sopla y la lluvia no cae", por lo que los huecos no fueron hechos ni por el viento ni por el agua, sino por "otras fuerzas" que aún son un misterio, detalló Blewett.
Para los expertos, el hecho de que Mercurio sea el planeta más cercano al Sol y que esté expuesto al "clima espacial extremo" puede estar detrás de la formación de los huecos, cuyas dimensiones oscilan entre 18 metros y 1,6 kilómetros de longitud, y 18 y 36 metros de profundidad.
"Hemos estado pensando en Mercurio como en una reliquia. Un lugar que realmente no cambia mucho, excepto por los cráteres de impacto", dijo Blewett.
Sin embargo, estos huecos recién descubiertos a través de imágenes tomadas desde la órbita "parecen ser más jóvenes que los cráteres donde se encuentran y eso significa que la superficie de Mercurio está todavía evolucionando de una manera sorprendente", añadió.
Mercurio es uno de los planetas que más ha costado investigar, ya que se mueve mucho más rápido que La Tierra y una nave espacial debe desplazarse a unos 104.607 kilómetros por hora para alcanzarlo y además enfrentarse al calor del Sol.
La sonda Messenger fue la primera en entrar en su órbita, el pasado marzo, con el objetivo de desentrañar los misterios del planeta más pequeño del Sistema Solar.
Mercurio, Venus, La Tierra y Marte son planetas terrestres rocosos, pero de ellos Mercurio es el más pequeño, el más denso, el que tiene la superficie más antigua, el que registra mayor variación diaria en la temperatura de su superficie y, a la vez, el menos explorado.
EFE