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viernes, 4 de noviembre de 2011

Marciano a la oposición: “Son sectores pudientes llenos de odio que desean aniquilar a Chávez”

El columnista Marciano, en su “Piedra de Tranca” publicada este viernes en el Diario VEA, hace una reflexión y una crítica con respecto al comportamiento y el pensamiento de algunos sectores de la oposición, a quienes califica de “politiqueros, farsantes y llenos de odio”.

“Viven amargados. Anclados en la visión abrileña de plaza Altamira. Padecen el síndrome, esas personas y esos grupos, de la violencia como alternativa mientras Chávez esté en Miraflores. El odio los mantiene divorciados de la realidad e, incluso, afectando las posibilidades que brinda a la oposición una actitud sensata”, sostiene el columnista.

Del mismo modo, asevera que “las redes sociales al servicio de la conjura se despachan y se dan el vuelto a toda hora, esparciendo mensajes sombríos sobre la salud del Presidente, deseándole abiertamente la muerte y asimilando su destino al de Gaddafi. Entre ellos se encuentran intelectuales, comunicadores y dirigentes políticos que se la dan de serios. Pero que son unos farsantes”.

A continuación la columna completa de Marciano:

HAY SECTORES DE LA OPOSICIÓN -principalmente gente de las clases altas y pudientes, y también unos cuantos politiqueros y comunicadores emboscados para los que el destino del país les da igual, en el sentido de que no les importa saltar al vacío y la posibilidad de que corra sangre en las calles- empeñados en torcerle el rumbo del pueblo venezolano, que no es otro que el de la paz, el debate democrático y la salida electoral. Viven amargados. Anclados en la visión abrileña de plaza Altamira. Padecen el síndrome, esas personas y esos grupos, de la violencia.

La violencia como alternativa mientras Chávez esté en Miraflores. El odio los mantiene divorciados de la realidad e, incluso, afectando las posibilidades que brinda a la oposición una actitud sensata, respetuosa de la Constitución bolivariana, como lo demuestra la diferencia que se puede establecer entre la abstención de ese sector en las elecciones parlamentarias de hace cinco años y el resultado obtenido en el mismo tipo de evento el pasado año, que le permitió el retorno a la Asamblea Nacional. Pero ese contraste rotundo, contundente, entre una política aventurera y otra racional, no cabe en cabeza de quienes piensan en términos violentos y tienen la actitud del bíblico Sansón de destruir el templo.

Para ellos el problema es Chávez y sólo Chávez. Acabar con él. Aniquilarlo moral o físicamente. Lo demás nada importa. Es lo que ellos califican de “huevo de la serpiente” que hay que destruir. Es la bestia apocalíptica que hay que exterminar. Armagedón. El anticristo que se coloca el disfraz religioso para disimular. El que tiene engañado al pueblo y lo maneja a su antojo. A esa masa informe que carece de racionalidad, de sentido crítico, que desde su óptica segregacionista miran con desprecio, aún cuando buscan con desespero su voto.

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SI EL BLANCO ES ÉSE. Si el objetivo está claramente definido. Si el problema consiste en dilucidar entre el bien y el mal. Entre la luz y la sombra. Entre ángel y demonio. Si a semejante posición se le agregan aspectos místico-religiosos, nada de extraño que todo se resuelva mediante el método expedito de la eliminación física del personaje o de su inhabilitación para seguir ejerciendo el liderazgo que detenta, hasta ahora inexpugnable.

Por cierto, los porcentajes que revelan las encuestas a favor de Chávez, desalentadores para la oposición, hacen que esos sentimientos -y los planes que se elaboran-, se acentúen. Cobren forma y se manifiesten de manera grotesca.

Por eso la brutal campaña no sólo política contra Chávez. Una campaña que no se hizo contra gobernante alguno del país. Ni siquiera Betancourt, a quien se le atacó por sus desviaciones políticas e ideológicas y su formato represivo. Pero contra Chávez es otra cosa. Es, por un lado, su salud negando que padezca cáncer; que se trata de una simulación. O asumiendo la enfermedad con pronósticos infames sobre la gravedad del mal, escasa vida que le queda; apelando para ello a interpretaciones sin base y a diagnósticos manipulados por profesionales inmorales sin contacto con el paciente, que nada saben de él. Las redes sociales al servicio de la conjura se despachan y se dan el vuelto a toda hora, esparciendo mensajes sombríos sobre la salud del Presidente, deseándole abiertamente la muerte y asimilando su destino al de Gaddafi. ¿Mensaje? ¡No, metamensaje! Lo que va más allá del mensaje.

El deseo explícito de la muerte de un ser humano. La podrida forma de trasladar a la política la ineptitud para derrotar al adversario en el terreno democrático. Lo cual envilece a los promotores e instigadores, entre quienes se encuentran intelectuales, comunicadores y dirigentes políticos que se la dan de serios. Pero que son unos farsantes.-

Piedra de Tranca”
"Metamensaje”
Por: Marciano
Diario VEA