La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, el tejido transparente que recubre el ojo y la superficie interna de los párpados. Puede ser de origen infeccioso (provocada principalmente por bacterias o virus) o no infeccioso.
Según los especialistas de Oftalmosalud, los tipos más frecuentes de conjuntivitis no infecciosa son la conjuntivitis alérgica (causada por una reacción alérgica) y la conjuntivitis irritativa (provocada por cualquier sustancia que pueda irritar los ojos, como la contaminación, químicos o el cloro de las piscinas).
Asímismo, precisan que la conjuntivitis más común es la infecciosa, causada por bacterias que normalmente viven en la nariz o en la piel, más frecuente en verano e invierno, suele presentarse con gran inflamación y presencia de legaña amarillenta o verdosa, con un tiempo de incubación aproximado de 7 días.
En algunas ocasiones, la infección puede comprometer los párpados y otras estructuras oculares, generando la celulitis orbitaria.
La conjuntivitis viral, tiene una duración de 7 a 14 días, se presenta con enrojecimiento de los ojos a veces tipo hemorragia, lagrimeo, fotofobia y presencia de legaña de color blanquecina, y generalmente se presenta en los niños tras un cuadro infeccioso respiratorio.
Las alérgicas son más frecuentes en primavera y otoño. El paciente presenta antecedentes familiares y/o personales de asma bronquial, rinitis, eczemas, alergia a polvo, pólenes, ácaros, descamación de la piel, epitelio y pelo de mascotas, edificios antiguos y húmedos, sótanos, desván y algunos productos de belleza.
Las conjuntivitis irritativas, son una reacción exagerada de la conjuntiva a un agente externo normalmente irritante (humos, vapores, emanaciones, etc.).
Se produce en personas muy sensibles a los productos químicos utilizados en piscinas, o expuestas a humos, vapores o emanaciones. Por otra parte, algunos de estos irritantes pueden agravar los síntomas de una conjuntivitis alérgica.
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