El Gobierno brasileño está dispuesto a relajar su disciplina fiscal para avivar el crecimiento económico este año, dijo a Reuters el jefe del Tesoro de Brasil Arno Augustin, dejando a un lado uno de los principales pilares económicos del país durante la última década.
El funcionario dijo que al haber madurado su economía, Brasil no necesita cumplir completamente con su objetivo de superávit primario para mantener sus finanzas en buen estado.
"Lo que es nuevo, y lo es desde hace varios años, es que el Gobierno prioriza a la economía para determinar la política fiscal", dijo en una entrevista realizada la noche del martes.
"En el pasado era difícil alterar la meta (de superávit) primario porque había dudas sobre la sostenibilidad de mediano y largo plazo", añadió. "Hoy esa sostenibilidad está asegurada".
Sus comentarios son el reconocimiento más explícito de que el Gobierno brasileño está apartándose de las estrictas reglas de administración fiscal que le permitieron lograr una estabilidad macroeconómica después de décadas de crisis.
Una política fiscal más flexible subraya además los esfuerzos de la presidenta Dilma Rousseff por eliminar algunas de las salvaguardas diseñadas durante la última década para proteger la economía brasileña del desastre, pero que también frenaron el crecimiento.
Augustin, que según otros funcionarios en Brasilia ha ganado una considerable influencia sobre Rousseff en el último año, llegó a decir que el Gobierno podría cambiar su meta de superávit primario por una meta de balance presupuestario que incluya los pagos de la deuda.
Aclaró, sin embargo, que no ha sido tomada ninguna decisión.
El superávit primario, o ingresos menos gastos excluyendo los pagos de la deuda, indica la capacidad de un país de repagar sus obligaciones y es mirado de cerca por los inversores.
El Gobierno brasileño incumplió su meta de superávit primario de 139.800 millones de reales (68.640 millones de dólares) en el 2012 por un frenazo de la economía.
Para cumplir meta primaria -que ya había sido reducida por el Gobierno al quitar algunas inversiones públicas de la suma de gastos- las autoridades también echaron mano a uno fondo de riqueza soberana del Gobierno y a los pagos de dividendos de empresas estatales.
Algunos analistas han criticado al Gobierno por usar lo que describieron como métodos de contabilidad "creativa" que en su opinión socavan la reputación de prudencia fiscal de Brasil.
Muchos auditores externos, incluyendo el Fondo Monetario Internacional, no reconocen los métodos de contabilidad usados por el gobierno brasileño para cumplir su meta.
CAE PESO DE LA DEUDA
Augustin dijo que el Gobierno tiene el derecho legal de usar esos recursos.
Para aumentar aún más su margen de maniobra fiscal, el Gobierno propuso por primera vez en el presupuesto de este año la opción de excluir algunas deducciones de impuestos de su meta primaria de 155.900 millones de reales.
El jefe del Tesoro dijo que las tasas de interés a mínimos históricos continuarán reduciendo el peso de la deuda y dándole al Gobierno más espacio para impulsar una economía casi estancada desde mediados del 2011.
Para envidia de países fuertemente endeudados como Estados Unidos y algunas naciones de la eurozona, Brasil ha sido capaz de reducir su deuda pública desde casi un 60 por ciento de su PIB hasta cerca de un 35 por ciento en la actualidad.
"En el pasado no teníamos mucho esa posibilidad: o cumplíamos el (superávit) primario o (el coeficiente) deuda-PIB subía. Ahora, si el (superávit) primario es un poco mayor o un poco menor, la proporción deuda-PIB seguirá bajando", añadió.
Pero aún después de flexibilizar el rigor fiscal para ofrecer más estímulos a las empresas locales, el Gobierno no logró impulsar una economía que creció apenas un 1 por ciento en el 2012.
Para lograr un mayor crecimiento, Augustin dijo que el Gobierno se asegurará de que haya una reducción del 20 por ciento en las tarifas de la electricidad, a pesar de una sequía que podría aumentar los costos de generación.
La reducción de las tarifas eléctricas, dijo, debe quitar más de medio punto porcentual a la inflación anual en el 2013.EFE
El funcionario dijo que al haber madurado su economía, Brasil no necesita cumplir completamente con su objetivo de superávit primario para mantener sus finanzas en buen estado.
"Lo que es nuevo, y lo es desde hace varios años, es que el Gobierno prioriza a la economía para determinar la política fiscal", dijo en una entrevista realizada la noche del martes.
"En el pasado era difícil alterar la meta (de superávit) primario porque había dudas sobre la sostenibilidad de mediano y largo plazo", añadió. "Hoy esa sostenibilidad está asegurada".
Sus comentarios son el reconocimiento más explícito de que el Gobierno brasileño está apartándose de las estrictas reglas de administración fiscal que le permitieron lograr una estabilidad macroeconómica después de décadas de crisis.
Una política fiscal más flexible subraya además los esfuerzos de la presidenta Dilma Rousseff por eliminar algunas de las salvaguardas diseñadas durante la última década para proteger la economía brasileña del desastre, pero que también frenaron el crecimiento.
Augustin, que según otros funcionarios en Brasilia ha ganado una considerable influencia sobre Rousseff en el último año, llegó a decir que el Gobierno podría cambiar su meta de superávit primario por una meta de balance presupuestario que incluya los pagos de la deuda.
Aclaró, sin embargo, que no ha sido tomada ninguna decisión.
El superávit primario, o ingresos menos gastos excluyendo los pagos de la deuda, indica la capacidad de un país de repagar sus obligaciones y es mirado de cerca por los inversores.
El Gobierno brasileño incumplió su meta de superávit primario de 139.800 millones de reales (68.640 millones de dólares) en el 2012 por un frenazo de la economía.
Para cumplir meta primaria -que ya había sido reducida por el Gobierno al quitar algunas inversiones públicas de la suma de gastos- las autoridades también echaron mano a uno fondo de riqueza soberana del Gobierno y a los pagos de dividendos de empresas estatales.
Algunos analistas han criticado al Gobierno por usar lo que describieron como métodos de contabilidad "creativa" que en su opinión socavan la reputación de prudencia fiscal de Brasil.
Muchos auditores externos, incluyendo el Fondo Monetario Internacional, no reconocen los métodos de contabilidad usados por el gobierno brasileño para cumplir su meta.
CAE PESO DE LA DEUDA
Augustin dijo que el Gobierno tiene el derecho legal de usar esos recursos.
Para aumentar aún más su margen de maniobra fiscal, el Gobierno propuso por primera vez en el presupuesto de este año la opción de excluir algunas deducciones de impuestos de su meta primaria de 155.900 millones de reales.
El jefe del Tesoro dijo que las tasas de interés a mínimos históricos continuarán reduciendo el peso de la deuda y dándole al Gobierno más espacio para impulsar una economía casi estancada desde mediados del 2011.
Para envidia de países fuertemente endeudados como Estados Unidos y algunas naciones de la eurozona, Brasil ha sido capaz de reducir su deuda pública desde casi un 60 por ciento de su PIB hasta cerca de un 35 por ciento en la actualidad.
"En el pasado no teníamos mucho esa posibilidad: o cumplíamos el (superávit) primario o (el coeficiente) deuda-PIB subía. Ahora, si el (superávit) primario es un poco mayor o un poco menor, la proporción deuda-PIB seguirá bajando", añadió.
Pero aún después de flexibilizar el rigor fiscal para ofrecer más estímulos a las empresas locales, el Gobierno no logró impulsar una economía que creció apenas un 1 por ciento en el 2012.
Para lograr un mayor crecimiento, Augustin dijo que el Gobierno se asegurará de que haya una reducción del 20 por ciento en las tarifas de la electricidad, a pesar de una sequía que podría aumentar los costos de generación.
La reducción de las tarifas eléctricas, dijo, debe quitar más de medio punto porcentual a la inflación anual en el 2013.EFE