Estados Unidos lanzó este viernes una nueva ronda de bombardeos aéreos cerca de la localidad de Erbil, en el norte de Irak, contra las fuerzas del Estado Islámico (EI), informó el Pentágono en un comunicado.
"El Ejército de EE.UU. continuó atacando hoy objetivos del EI cerca de Erbil, con dos ataques aéreos adicionales para ayudar a defender la ciudad en la que personal estadounidense asiste al Gobierno de Irak", señaló el portavoz del Pentágono, el contraalmirante John Kirby, en un comunicado.
Poco después de las 14.00 GMT, "aviones pilotados remotamente atacaron una posición terrorista de lanzamiento de morteros. Cuando los combatientes del EI regresaron a la ubicación, momentos más tarde, los terroristas fueron atacados de nuevo y eliminados exitosamente", indicó el comunicado.
Kirby señaló que hacia las 15.20 GMT, cuatro aviones F/A 18 también atacaron con éxito un convoy de siete vehículos y una posición de morteros cerca de Erbil.
El portavoz del Pentágono indicó que en total se lanzaron ocho bombas dirigidas por láser contra las posiciones yihadistas, con lo que "se neutralizó la posición de lanzamiento de morteros y el convoy".
Los bombardeos aéreos llegan después de que la pasada noche el presidente Barack Obamaautorizase los ataques "selectivos" contra posiciones de los rebeldes yihadistas.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo este viernes que el presidente Obama "ha autorizado ataques militares que ayuden a las fuerzas kurdas a desalojar a los militantes que asedian" a las minorías étnicas y religiosas en el norte de Irak, pero destacó que las tropas de Estados Unidos no retornarán al combate en Irak.
Esta madrugada, un avión Hércules C-17 y dos Hércules C-130, custodiados por aviones F/A 18, participaron en una operación de ayuda a los desplazados por el avance de los yihadistas, dejando caer contenedores con agua y raciones de alimentos.
Se calcula que el avance de los yihadistas ha provocado la huida de unas 200.000 personas, en su mayoría yazidíes kurdos y cristianos, que se encuentran aislados y con necesidad urgente de agua, comida, refugio y medicinas en las proximidades del monte Sinyar, en el norte de Irak.
"El Ejército de EE.UU. continuó atacando hoy objetivos del EI cerca de Erbil, con dos ataques aéreos adicionales para ayudar a defender la ciudad en la que personal estadounidense asiste al Gobierno de Irak", señaló el portavoz del Pentágono, el contraalmirante John Kirby, en un comunicado.
Poco después de las 14.00 GMT, "aviones pilotados remotamente atacaron una posición terrorista de lanzamiento de morteros. Cuando los combatientes del EI regresaron a la ubicación, momentos más tarde, los terroristas fueron atacados de nuevo y eliminados exitosamente", indicó el comunicado.
Kirby señaló que hacia las 15.20 GMT, cuatro aviones F/A 18 también atacaron con éxito un convoy de siete vehículos y una posición de morteros cerca de Erbil.
El portavoz del Pentágono indicó que en total se lanzaron ocho bombas dirigidas por láser contra las posiciones yihadistas, con lo que "se neutralizó la posición de lanzamiento de morteros y el convoy".
Los bombardeos aéreos llegan después de que la pasada noche el presidente Barack Obamaautorizase los ataques "selectivos" contra posiciones de los rebeldes yihadistas.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo este viernes que el presidente Obama "ha autorizado ataques militares que ayuden a las fuerzas kurdas a desalojar a los militantes que asedian" a las minorías étnicas y religiosas en el norte de Irak, pero destacó que las tropas de Estados Unidos no retornarán al combate en Irak.
Esta madrugada, un avión Hércules C-17 y dos Hércules C-130, custodiados por aviones F/A 18, participaron en una operación de ayuda a los desplazados por el avance de los yihadistas, dejando caer contenedores con agua y raciones de alimentos.
Se calcula que el avance de los yihadistas ha provocado la huida de unas 200.000 personas, en su mayoría yazidíes kurdos y cristianos, que se encuentran aislados y con necesidad urgente de agua, comida, refugio y medicinas en las proximidades del monte Sinyar, en el norte de Irak.
EFE