(AVN) – Los dos gigantes de Latinoamérica, Hugo Chávez y Fidel Castro, se reunieron por primera vez el 13 de diciembre de 1994 en La Habana, Cuba.
La llegada del líder del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 a la capital cubana atendió a una invitación que le hiciera el historiador de la ciudad, Eusebio Leal.
Hugo Chávez llegó al aeropuerto internacional José Martí de La Habana, Cuba, después de liderar la rebelión cívico militar de 1992 y del memorable “por ahora” que rescató la esperanza y los sueños del pueblo por una revolución en Venezuela.
“Me asomo por la ventanilla del avión y veo al caballo allá parado, les confieso, me entró un frío (risas). Veo a Fidel parado en la pata de la escalerilla, yo cargaba un maletincito, y lo puse en el suelo para darle un abrazo” dijo Chávez al recordar el encuentro con Fidel en el 2009.
Aquella primera visita a Cuba, aquel primer encuentro con Fidel, auguró el comienzo de un siglo XXI de esperanza y de reivindicación del sueño bolivariano y latinoamericano. “El Alba comenzó con ese abrazo”, dijo Chávez el 15 de diciembre de 2009 en su discurso de clausura de la VIII Cumbre de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América, donde recordó, tal y como recordaba cada año, aquel fraternal abrazo que recibió de Fidel cuando era un soldado que cargaba sobre sus hombros el desafío de ir en contra de los poderesy componendas de la derecha internacional.
Aquel abrazo histórico se transformó en la esperanza de los pueblos de nuestra América y también de los pueblos del mundo, que ven hoy en la Revolución Bolivariana y en la cubana, en el Legado de Hugo Chávez y en el ejemplo de dignidad de Fidel Castro, una luz de guía para luchar por un mundo con justicia social, inclusión y solidaridad.
Cuatro años después de ese encuentro, el 6 de diciembre de 1998, Hugo Chávez Frías ganó la Presidencia de la República de Venezuela. Desde ese día Venezuela y Cuba empezaron a transitar un camino de fraternidad entre ambos pueblos que se ha fortalecido en dos décadas de solidaridad, cooperación y respeto, y que hoy se evidencia en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).
La amistad de estos dos hombres visionarios, humanistas y solidarios, sus batallas y sus luchas, sus ideas son un legado excepcional para nuestros pueblos y para el futuro.