(París, 13 de diciembre. AFP) – Tras haber sembrado el pánico en África occidental en 2014 con más de 6.500 víctimas y preocupación en el resto del mundo, la epidemia del ébola podría desacelerarse en 2015 gracias a la movilización de la comunidad internacional.
Esta es la esperanza de un número creciente de especialistas y responsables sanitarios. “Hay que mantener la prudencia, pero podríamos superar una etapa a partir de la primavera [boreal] de 2015″, estima el coordinador de la acción francesa contra el ébola, Jean-François Delfraissy.
Según este experto, la mejora, en un primer momento, no vendrá de los nuevos medicamentos o de las vacunas, sino de una mejor atención a los enfermos en el terreno, en especial de un aislamiento más rápido y sistemático.
La reacción de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la comunidad internacional tardó en llegar y se perdió “un tiempo precioso”, lamenta el especialista belga Peter Piot, quien en 1976 fue uno de los primeros en identificar el virus del Ébola.
Desde septiembre, la ayuda internacional a los países más afectados -Guinea, Liberia y Sierra Leona- se organizó y aceleró. La apertura de nuevos centros de tratamiento y las medidas sanitarias impuestas en las regiones afectadas parecen, además, dar sus frutos.
“Hay que mantenerse prudente y no cantar victoria demasiado pronto”, subraya un alto responsable del ministerio de Sanidad francés, máxime cuando en varias ocasiones a lo largo del año en Guinea la epidemia parecía estar controlada antes de extenderse de nuevo.
En materia de tratamientos y vacunas, 2015 podría también reservar agradables sorpresas, en el actual contexto de falta de arsenal terapéutico para luchar contra este virus mortal.
“Tenemos grandes esperanzas en ver los primeros resultados de los nuevos tratamientos hacia finales del primer trimestre”, estima Michael Kurilla, uno de los responsables del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de Estados Unidos.
Dos medicamentos antivirales, el favipiravir (del japonés Fujifilm) y el brincidofovir (del estadounidense Chimerix), deben probarse en las próximas semanas en Guinea y en Liberia.
Los resultados de estas pruebas se conocerán durante la primera mitad de 2015.Para los expertos, la solución podría venir de una combinación de varias moléculas.
Pruebas de vacunas
Respecto a las vacunas, tres grandes grupos farmacéuticos -el británico GSK y los estadounidenses Merck y Johnson&Johnson- tienen en marcha otros tantos productos diferentes.
Dos de las “vacunas candidatas” se sometieron ya a unos primeros ensayos, a la espera de los tests de eficacia en grupos más amplios, en especial, en África.
Una vez estén listas estas vacunas preventivas, el personal sanitario, que se encuentra en primera línea en la lucha contra el virus, podría ser de los primeros beneficiados.
Otro avance médico que podría ser crucial para controlar la epidemia es una prueba de diagnóstico rápida, fiable y barata.
Las actuales pruebas de detección de la enfermedad se hacen en laboratorios especializados con tiempos de espera de varias horas para los resultados. Los tests rápidos, que ya se experimentan en el terreno, podrían “cambiar la situación”, estima Delfraissy.