La Policía de Tailandia desactivó hoy un artefacto explosivo encontrado en una parcela en construcción en el este de Bangkok, una semana después del mortal atentado que sacudió el centro de la metrópoli, informan medios locales.
Fuentes policiales confirmaron al diario “Matichon” que los artificieros inutilizaron una granada que podría llevar bastante tiempo enterrada en el área.
Según los medios, la bomba no tendría relación con el ataque terrorista que el pasado lunes causó la muerte de 20 personas y centenares de heridos en un popular templo de la ciudad.
Las autoridades buscan al principal sospechoso de esta matanza, captado por las cámaras de seguridad mientras escondía una mochila en el lugar de los hechos antes de huir, aunque desconocen su nacionalidad y si se encuentra o ha huido del país.
La investigación sobre el ataque “progresa”, según la junta militar que rige el país, sin aportar más detalles para no interferir en esta.
El proceso se ha visto acompañado por declaraciones contradictorias de la policía y la junta militar sobre su autoría, la implicación o no de extranjeros, o el número de personas involucradas.
Las autoridades consideran “improbable” que detrás esté el terrorismo internacional, en alusión a Al Qaeda, el Estado Islámico (EI) o la organización Yemaa Islamiya, autora de los ataques más mortíferos ocurridos en el Sudeste Asiático en este siglo.
La Policía tampoco cree que el objetivo del ataque fueran ciudadanos de China, país de la mayoría de víctimas extranjeras, lo que inicialmente alimentó la hipótesis de una represalia por la deportación en julio de 109 uigures que buscaban asilo político.
Nadie ha reclamado la autoría del atentado y todavía no se ha capturado a ningún sospechoso, pese a los controles en aeropuertos y puntos fronterizos, la distribución de retratos robots del presunto autor y la oferta de recompensas a cambio de información.
Fuente: EFE