El canadiense Shawnacy Barber, un advenedizo en el mundo de la pértiga hasta este año, sorprendió en la final mundialista, con un salto de 5,90, al defensor del título, el alemán Raphael Holzdeppe, y al plusmarquista mundial, el francés Renaud Lavillenie, que volvió a sufrir la maldición de los Mundiales.
Lavillenie tiene casi todo cuanto un pertiguista puede ambicionar, el título olímpico, el primado europeo y el récord mundial (6,16), pero le faltaba una victoria en campeonatos del mundo. Sus tres asaltos anteriores se saldaron con una plata y dos bronces. El estadio de El Nido tampoco le ha sido propicio.
El campeón olímpico y europeo ha tenido que conformarse con un bronce compartido, además, con dos polacos, Pawel Wojciechowski y Piotr Lisek, los tres con 5,80.
Cinco atletas por encima de 5,90 esta temporada prometían una final emocionante, sobre todo porque el defensor del título, Raphael Holzdeppe, había recuperado su mejor forma, con marcas de 2,92 y 5,94 -récord personal en ambos casos-, después de perderse gran parte de la campaña anterior por una lesión de espalda.
Lavillenie esperó a que el listón subiera a 5,80 para empezar a saltar. La altura, que el francés superó sin problemas, adelgazó el concurso hasta dejarlo en seis contendientes, pero inopinadamente el plusmarquista mundial no pudo con la siguiente, los 5,90.
Sólo Barber -a la primera- y el propio Holzdeppe -al tercer intento- pudieron con ella.
En una temporada con altibajos, no tan redonda como la del 2014, Lavillenie llegaba a Pekín recuperado del golpe en el hombro que se dio en una caída que sufrió formando parte de un relevo 4×100 que le obligó a parar algunas semanas en mayo.
Cuando regresó a la competición se descolgó con su mejor registro del año (6,05 en Eugene, Estados Unidos), pero algo no iba bien porque a continuación fue derrotado en dos mítines consecutivos, París y Lausana. El francés ajustó lo necesario y en su última competición antes de los Mundiales volvió a superar los seis metros (6,03).
La cerrada batalla entre Lavillenie y Holzdeppe en el campeonato de Europa de selecciones en Cheboksary (Rusia) prometía una final emocionante en Pekín, pero ninguno de los dos salió triunfante de la refriega.
Barber, campeón panamericano y en posesión de un récord personal de 5,93, ha estado muy atareado durante todo el año: nueve competiciones en pista cubierta y 17 al aire libre. En la última se ha proclamado campeón del mundo.
Fuente: EFE