El presidente de Guinea Bissau, José Mario Vaz, cesó al Gobierno al completo tras una larga crisis institucional en la que se ha enfrentado al primer ministro, Domingos Simões Pereira, por desavenencias en diversos temas, como el uso de los fondos de ayuda al desarrollo.
En un discurso a la nación difundido a última hora de ayer, Vaz ya dejó entrever que la destitución de Pereira y el resto de su ejecutivo era la única forma de acabar con las tensiones entre ambos políticos, enfrentados desde que se restaurara la democracia en junio del año pasado tras el golpe de estado de 2012.
El presidente de Guinea Bissau también exigió al gobierno saliente que explique el paradero de 56.000 millones de francos CFA (unos 85 millones de euros) cuyo gasto no ha podido ser justificado y que, en parte, proceden de ayuda al desarrollo donada por la comunidad internacional.
“Lo preguntaré por última vez: ¿En qué se han ido esos 56.000 millones de francos?”, dijo Vaz con un notable enfado, tras lo cual recordó que ese dinero “podría ser invertido en la mejora de hospitales, escuelas, saneamiento o en el sector privado”.
El representante de la Unión Africana (UA) en Guinea Bissau, Ouvido Pequeno, declaró a RDP Africa que respeta y comparte la decisión del presidente guineano.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, se había implicado personalmente en los esfuerzos de la comunidad internacional para evitar un nuevo episodio de inestabilidad en el país africano.
Asimismo, el caso de Guinea Bissau será discutido casi con toda seguridad en la próxima reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas prevista para el próximo 28 de agosto.
Independizada de Portugal en 1974, Guinea Bissau ha padecido asesinatos de gobernantes y golpes de estado, con una única etapa de “paz política” gobernada durante 23 años por Joao Bernardo “Nino” Vieira, quien fue derrocado en 1999.
En 2012, un nuevo golpe desalojó del poder al expresidente Raimundo Pereira y al antiguo primer ministro Carlos Gomes Júnior, quien desde su exilio en Portugal alertó de la intención del Gobierno provisional de “instaurar una dictadura militar”.
Este último levantamiento fue castigado por socios y países donantes, que suspendieron sus ayudas al desarrollo y arrastraron a este pequeño país de África Occidental, lastrado por el narcotráfico y la corrupción, a una profunda crisis política y económica.
Fuente: EFE