La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, expresó este martes profunda consternación por la destrucción del templo de Bel, en Palmira, Siria, considerado uno de los monumentos religiosos más importantes del siglo I en Oriente.
En un comunicado, Bokova indicó que se trata de un crimen intolerable contra la civilización, pero que no logrará borrar los 4.500 años de historia de Siria e instó a continuar explicando la importancia de ese legado y el significado de los templos de Palmira.
Por su parte, el director del Centro de Información de la ONU en Ginebra confirmó la veracidad de la información sobre el atentado a esas ruinas. Ahmad Fawzi indicó que imágenes satelitales de la agencia UNOSAT ratifican que el templo de Bel, uno de los más emblemáticos de ese patrimonio de la humanidad fue destruido con explosivos el 30 de agosto.
"En su análisis, UNOSAT confirmó la destrucción del edificio principal del templo de Bel, así como una hilera de columnas en sus inmediaciones. La evaluación se basó en imágenes adquiridas el lunes 31 de agosto de 2015, y proporcionada por UrtheCast", dijo el comunicador.
El templo de Bel era uno de los mejor conservados e imponentes de Palmira, muestra de la simbiosis entre Oriente Medio antiguo y la arquitectura grecorromana.
Palmira, inscripta en el patrimonio mundial de la humanidad, está situada al nordeste de Damasco, en el desierto de Siria. Alberga las ruinas monumentales de una gran ciudad que fue uno de los centros culturales más importantes de la Antigüedad.