El hambre se ha disparado un 36 % en Yemen desde septiembre de 2014 a consecuencia del conflicto que vive, que se ha intensificado en el último año, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Unos 14,4 millones de personas (más de la mitad de la población yemení) necesitan urgentemente ayuda humanitaria y, de ellas, un 7,6 millones están en situación crítica, lo que representa un aumento del 12 % desde el pasado junio.
El representante de la FAO en ese país, Salah Hasan, dijo hoy a Efe por teléfono que la situación empeorará en los próximos meses, pues las redes sociales y familiares se están debilitando a medida que avanza la crisis.
"Los hogares y familias cada vez tienen menos capacidad para trabajar y obtener ingresos", afirmó.
Hasan explicó que el conflicto ha perjudicado gravemente al sector agrícola, que emplea a la mitad de la fuerza de trabajo en el Yemen y es la principal forma de vida para dos tercios de la población.
La actividad se ha paralizado en muchos sitios y se han dañado los invernaderos (importante fuente de producción agrícola en el noreste del país), al tiempo que los cortes de electricidad y la falta de combustible están afectando los sistemas de irrigación y el almacenamiento y transporte de productos perecederos.
El limitado acceso a los mercados y a los sistemas de salud está complicando aún más la situación en las zonas rurales, donde muchas familias carecen de vacunas y piensos para mantener a sus animales.
En consecuencia, los precios de los alimentos básicos locales e importados han subido entre un 40 y un 160 %, sobre todo en el suroeste del país, según la FAO.
La agencia considera imprescindible apoyar los cultivos, la pesca y el ganado de alto nivel nutritivo, aumentar el suministro de agua y rehabilitar infraestructuras dañadas como canales y pozos.
También urge a generar actividades productivas para mejorar los ingresos de la población y controlar las enfermedades transfronterizas de plantas y animales.
Desde entonces más de 6.100 personas han muerto y 300.000 han resultado heridas, mientras que unos 2,5 millones se han visto obligadas a abandonar sus hogares, de acuerdo con cifras de organizaciones internacionales. EFE