En un comunicado, el alto comisionado explica que estos campos llevan en la localidad de Sarmanda -en el noroeste de Siria, cerca de la frontera con Turquía-, varías semanas y que las tiendas de campaña se pueden reconocer desde el aire.
"Es extremadamente improbable que el ataque sea un accidente. Parece más bien que los bombardeos fueron deliberados y por lo tanto equivalentes a crímenes de guerra", sentenció.
Según los últimos datos que se conocen, unos 30 civiles, entre ellos mujeres y niños, murieron en el ataque y decenas resultaron heridos. Además se destruyeron muchas de las tiendas de campaña efe