La batalla en las calles contra la reforma laboral ha estallado esta semana en la activación de múltiples frentes por toda Francia. Desde el transporte hasta las refinerías pasando por los aeropuertos de París, más de una decena de sectores estarán estos días en huelga. Organizadas por siete sindicatos, las dos principales jornadas de protesta serán este martes y el jueves. El denominador común es el rechazo frontal de los trabajadores a la reforma laboral.
La jornada ha comenzado con bloqueos de carreteras en Caen, Lorient o Géant y de diversos peajes de autopistas por diversas áreas del país. Los camioneros también han cerrado el acceso a puntos estratégicos de Burdeos, a la refinería de Donges o a los puertos de Le Havre y Saint Lazare.
Aprobada por el decretazo del jefe del Gobierno, sindicatos y estudiantes han respondido con la mayor serie de protestas de esta legislatura. "No cederé", ha declarado este martes Hollande a la emisora Europe 1.
A las grandes movilizaciones de este martes y el jueves, que incluyen manifestaciones en París, se unen las huelgas convocadas por el transporte de mercancías por carretera iniciado en la noche del lunes al martes. Sus convocantes han anunciado cortes de tráfico y bloqueos de puertos. Los sindicatos han convocado también paros en el transporte ferroviario todos los miércoles y jueves a partir de esta semana. Estibadores, marineros o controladores también harán paros.
El principal sindicato del país, la CGT, ya advirtió que el Ejecutivo ha impedido que la reforma sea debatida en Asamblea Nacional, donde había presentadas más de 5.000 enmiendas. La ley está ya en el Senado. Será debatida en junio y volverá a la Cámara baja, donde nuevamente el Gobierno podrá aprobarla en julio por decreto con el texto que desee.
Las múltiples movilizaciones para esta semana muestran que la protesta contra la reforma laboral va a aumentar y amenazan con poner en graves aprietos a Hollande y a su Gobierno.
La reforma laboral, que facilita y abarata el despido, es rechazada por el 70% de los franceses, según los sondeos. Para Hollande y Valls, se trata de una reforma “necesaria” para mejorar la competitividad de las empresas. EP