MP-Ante las pruebas aportadas por el Ministerio Público, fueron condenados Darwin Palma y David Vega a 13 años de prisión, por su participación en el robo efectuado en El Cementerio, parroquia Santa Rosalía, a un oficial de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) el 30 de mayo de 2010, despojándolo de dos teléfonos celulares y un bolso, tipo koala, con documentos personales.
Asimismo, fue condenada a 6 años y 4 meses de prisión Neylu Yenia Marcano, quien se aprovechó de objetos provenientes del delito, pues tenía en su poder un teléfono marca Blackberry que le fue robado a la víctima.
Durante el debate oral y público, la fiscal auxiliar 140° del Área metropolitana de Caracas (AMC) con competencia para intervenir en las fases Intermedia y de Juicio, Joyanne Hernández, ratificó la acusación contra los dos hombres por la comisión del delito de robo agravado, a su vez, acusó a la mujer por aprovechamiento de cosas provenientes de un delito
En ese sentido, el Tribunal 4° de Juicio del AMC, una vez evaluadas las pruebas presentadas por la representante del Ministerio Público, en especial las documentales y la de los testigos presenciales del hecho, dictó la condenatoria contra Palma, quien fue juzgado privado de libertad, y contra Vega y Marcano, quienes eran procesados en libertad, por lo que se ordenó su inmediata detención.
Los dos hombres se encuentran recluidos en el Internado Judicial de Yare I, mientras que la mujer fue enviada al Instituto Nacional de Orientación Femenina, ambos en el estado Miranda
El día del hecho, aproximadamente a las 10: 45 de la mañana, el efectivo militar caminaba por la calle Provincia, sector Los Carmanes, El Cementerio, cuando Palma y Vega, quienes se desplazaban en una moto Jaguar 125 cc, color gris, apuntaron con un arma de fuego al GNB y lo despojaron de dos celulares marcas Blackberry y Nokia y un bolso con documentos personales.
Iniciada la investigación, se logró la aprehensión de Palma y Marcano en un sector de El Cementerio, detención que condujo a la posterior captura de Vega cerca de la vivienda de los dos primeros.
Vale destacar que la mujer tenía pleno conocimiento de que el teléfono provenía de un robo.
