Después de invertir US$30.000 en una controvertida terapia de conversión, tres intentos de exorcismo y un matrimonio fallido, Peterson Toscano finalmente resolvió el conflicto entre su fe y su sexualidad, que le tomo 17 años aceptar: él es gay.
La llamada conversión o terapia reparativa es una práctica, a la que se sometió Toscano, que trata de ayudar a las personas a cambiar su orientación sexual.
Hay quienes aseguran que este mecanismo, apoyado ampliamente por iglesias cristianas fundamentalistas, les ayudó a pasar de homosexual a heterosexual. A estas personas se les conoce como "ex-gay".
Pero en lo que refiere a Toscano, esta práctica no solo no funcionó sino que fue un proceso "psicológicamente dañino".
Toscano, de 47 años, creció en un hogar promedio de católicos italiano-estadounidenses en el norte del estado de Nueva York.
Pero como un cristiano devoto y miembro de la Iglesia Evangélica, le pareció difícil resolver lo que consideraba un conflicto entre su orientación sexual y su fe.
"Estaba haciendo algo moral y espiritualmente equivocado, por lo que sería castigado en la vida eterna. Así que tenía mucho miedo y un desespero terrible", explicó el individuo.
Como un adolescente en los Estados Unidos de los años 1980, Toscano vivió en un periodo cuando la palabra "gay" era sinónimo de sida. Hasta 1973, los siquiatras estadounidenses clasificaron a los homosexuales como locos.
"Até cabos e hice lo que pensé que era una ecuación lógica cuando dije 'eso es equivocado, eso está mal, necesito arreglarlo'. Y, entonces, 17 años después, finalmente me desperté y entré en razón", indicó.
Durante un curso con alojamiento de dos años en el ministerio cristiano Love in Action, ahora llamado Restoration Path, en Memphis, Estados Unidos, a Toscano se le pidió que registrara todos los encuentros homosexuales de su vida.
Luego tuvo que escoger el más vergonzoso para contarle a su familia. BBC