Un brindis por el futuro integrante de la familia, pero con moderación. Según estudios realizados por la Universidad de Manchester, las mujeres que beben alcohol en las primeras fases de su embarazo corren el riesgo de no permitir el desarrollo adecuado de su bebé.
Según investigaciones, la ingesta de alcohol por mujeres embarazadas reduce el crecimiento de las células de la placenta (órgano responsable de proveer todo aquello que necesita un bebé en desarrollo hasta el día de su nacimiento) específicamente de un aminoácido importante conocido como taurina, cuya reducción generaría efectos negativos sobre el comportamiento y el desarrollo físico del niño.
En el estudio publicado en la revista PloS One, los investigadores recomiendan que si una mujer está intentando concebir debe eliminar por completo el consumo de alcohol, así como el tabaco en este periodo del embarazo; sin embargo, lo mejor es evitarlo los 9 meses. RPP
