AFP). – Un hombre mató el miércoles en Texas (sur de EEUU) a cuatro de sus hijos y a dos adultos que los cuidaban, y luego se rindió a la Policía en Texas tras una larga persecución, informó la Policía.
Un quinto menor, una adolescente de 15 años, también hija del sospechoso, recibió varios disparos y se halla en estado crítico a raíz del episodio ocurrido en los suburbios de Houston al atardecer del miércoles, dijo el sargento Thomas Gilliland de la policía del condado de Harris.
Las causas de este último capítulo de la epidemia de violencia armada que conoce Estados Unidos no estaban claras, pero la Policía sospecha que las disputas domésticas desataron la tragedia.
Los cuatro niños eran hijos biológicos o adoptados del sospechoso, declaró Gilliland a la prensa en el lugar de los hechos.
El hombre estaba separado de su mujer, que vivía fuera del estado de Texas.
Medios estadounidenses difundieron una foto de un hombre rubio con los brazos en alto después de descender de su coche en un suburbio de Houston tras concluir la persecución.
ABC News dijo que los niños asesinados tenían entre 4 y 13 años. El hecho se produjo en Spring, en las afueras de Houston. Uno de los niños murió al llegar al hospital.
Los adultos abatidos eran hombres.
Antes de ser trasladada al hospital, la adolescente indicó a la policía hacia dónde se dirigía el sospechoso, a raíz de lo cual se inició una persecución que duró unos 20 minutos. La niña dijo que su padre también pretendía matar a sus abuelos, que residen en otra vivienda.
“Lo agarramos en un callejón sin salida”, dijo el jefe de Policía del condado de Harris, Ron Hickman, después de que pasara una hora en la que el sospechoso estuvo en su vehículo rodeado de unos 50 efectivos armados.
“Obviamente fue una disputa doméstica”, dijo Hickman en una conferencia de prensa a última hora del miércoles. “Probablemente un divorcio o al menos una separación”.
El tiroteo fue el último de una serie de incidentes similares en un condado asolado por la violencia con armas
.
El presidente, Barack Obama, señaló a los estadounidenses que era necesario un “examen de conciencia nacional” ante la violencia con armas de fuego.
El 23 de mayo un estudiante mató a seis personas y luego a sí mismo en California (oeste), mientras que el 5 de junio un hombre mató a una persona e hirió a otras dos con arma de fuego en un campus de Seattle (noroeste).
El mismo mes, una pareja mató a dos policías y a un civil en Las Vegas (oeste) y un adolescente mató a un estudiante de 14 años en un liceo de Oregon (noroeste).