La renuncia del presidente ahonda la crisis de la antigua Portugal Telecom
Zeinal Bava renunció antes de que lo cesaran. El ambicioso y brillante gestor portugués ha dimitido de la presidencia de Oi, la operadora brasileña que el año pasado inició un proceso de fusióncon la operadora Portugal Telecom. Durante un año, Bava fue el máximo directivo de las dos operadoras, pero los coletazos de Banco Espírito Santo también se han llevado a él por delante.
Bava (Maputo, 1965), ingeniero de profesión, pero que labró su carrera profesional como financiero ha protagonizado la etapa más convulsa de Portugal Telecom (PT), que dirigió desde 2008 y hasta hace un par de meses, cuando renunció para centrarse en la fusión con la brasileña Oi, que él mismo impulsó. Bajo su dirección, PT estuvo a la vanguardia tecnológica y fue una de las primeras operadoras mundiales en ofrecer el over the top, la acumulación de todos los servicios (fijo, móvil, internet y televisión de pago).
La caída de Bava es el último síntoma de la pérdida de influencia de PT, la que fue principal operadora del país, que desechó la compra de Telefónica para no caer en manos españolas y luego se abrazó a la megaoperación con Oi, con el objetivo de que PT conquistara Brasil. El resultado es todo lo contrario, Oi es el gestor absoluto de PT y, además ésta, puede ser vendida en los próximos meses. La caída de PT es dramática, hasta el punto, de revisar quizás la gestión de sus ejecutivos. Hace pocos años, Telefónica ofreció casi 10 euros por acción de PT y hoy su valor apenas es de 1,6 euros. Entonces las fuerzas eran de 40 a 100 a favor de Telefónica, hoy son de 2 a 100. Del triunvirato que dirigió PT en el último año, Henrique Granadeiro, Pacheco de Melo y Bava, cada uno ha salido de forma repentina y forzados por las circunstancias.
Desde junio de 2013 Bava era presidente de Oi, cargo que compatibilizaba con el de PT. Hace dos meses, ya en pleno escándalo, por la inversión de PT de 900 millones en deuda de alto riesgo de Rioforte (del conglomerado Espírito Santo), que resultó impagada, Bava anunció que dejaba los cargos en PT para dedicarse exclusivamente a acelerar el proceso de fusión. Bava juró que desconocía esa sospechosa mala inversión y achacó la responsabilidad a Granadeiro. El efecto directo fue que la participación de PT en la fusión con Oi bajó doce puntos hasta quedarse en torno al 26% y Bava perdió la confianza de los princiaples accionistas brasileños, La Fonte y Andrade Gutierrez.
La renuncia de Bava coincide con la oferta del fondo francés Altice para comprar PT por unos 2.600 millones de euros y con un escenario de lo más confuso para la propia Oi, que tanto aspira a comprar a la italiana TIM, como ésta pretende comprar Oi, o fusionarse.
Bava deja Oi con un endeudamiento de 14.000 millones de euros, y con el revés de no haber conseguido ninguna licencia de 4G en Brasil. Ahora empezaba a desprenderse de activos para rebajar su deuda, como su participación en la angoleña Unitel, aunque niega que tenga en venta PT. Pero eso era ayer, cuando Bava aún era presidente.
En el actual escenario, en donde ni los principales accionistas de Oi ni sus principales ejecutivos son portugueses, el mantenimiento de PT como compañía bandera de Portugal está en alto riesgo.
En unos meses, dos de los símbolos del país, Banco Espírito Santo y Portugal Telecom, han desaparecido o van a quedar en manos extranjeras. A eso habría que añadir la empresa eléctrica EDP, en manos chinas, varios bancos con importante accionariado angoleño y la próxima privatización de la líena aérea TAP, a la que optan, de momento, sociedades extranjeras.
El brasileño Bayard De Paoli Gontijo, que ya era el administrador financiero de Oi y de PT, ocupará interinamente el puesto de Bava; aunque para el relevo definitivo se cuenta con Amos Genish, fundador de la operadora brasileña GVT, ahora propiedad de Telefónica.EL PAIS