(Ciudad de México, 8 de octubre. DPA) – El cineasta Guillermo del Toro, director de películas consideradas ya de culto como “Pacific Rim” y “Hellboy”, celebrará 50 años mañana en México y sus propósitos son los mismos de siempre: “Bajar de peso y que no se me caiga el pelo”, afirma.
Para los próximos años, el nominado a un Oscar por el guión de “El laberinto del fauno” sóloquiere divertirse trabajando en cosas que no ha hecho antes, según contó a dpa en Ciudad de México.
Y también piensa seguir con películas animadas, con los videojuegos que diseña y produce junto al animador japonés Hideo Kojima (con quien filmó recientemente la versión cinematográfica de “Silent Hills”) y escribir novelas como la serie de vampiros “Nocturna”, que creó a cuatro manos con Chuck Hogan.
Del Toro fue uno de los primeros cineastas mexicanos en conquistar el reconocimiento de la crítica y filmar fuera de su país con temáticas no ajustadas literalmente a la cultura mexicana. Traspasaron “la muralla de nopal”, como dijo el cineasta Luis Mandoki.Del Toro siempre se ha considerado un “raro” en todos los sentidos. Coleccionaba comics y se especializó desde pequeño en contar historias de terror. “Recuerdo que cuando era un niño se me aparecía un monstruo o lo imaginaba. Salía de debajo de la cama, llegué a un acuerdo con él: le dije que si me dejaba en paz me iba a dedicar a contar historias sobre ellos”, relató.
Del Toro fue elegido para ponerse al frente de “El Hobbit”, precuela de la saga “El señor de los anillos” que dirigió Peter Jackson. Sin embargo, tras mudarse a Nueva Zelanda y trabajar en el proyecto durante varios años, decidió renunciar a la película porque no terminaba de concretarse la filmación.
Finalmente, Jackson se hizo cargo de la trilogía y Del Toro sólo aparece en los créditos como guionista. “Fue una de las decisiones más difíciles de mi carrera”, dijo después el mexicano. “Desde entonces aprendí que nunca debes apostar a un solo proyecto, sino a varios”.
Ahora el mexicano dirige, produce, escribe, dibuja, asesora, da conferencias, viaja y come en los mejores y más raros lugares, y todavía le da tiempo de pasar tiempo con su mujer y sus hijas. Ellas “son la base de todo lo que hago”, afirma.