(Washington, 5 de febrero. EFE) - El disidente cubano Jorge Luis García Pérez, conocido como“Antúnez”, aseguró hoy ante el Congreso de EEUU que gran parte de la disidencia de Cuba considera los acuerdos de los Gobiernos de Washington y La Habana como “una traición” que atenta contra las aspiraciones de libertad del pueblo cubano.
En una audiencia celebrada en el Subcomité de Derechos Humanos de la Cámara baja estadounidense, Antúnez insistió en que Washington no puede decidir ni interferir de manera unilateral en las condiciones para lograr la libertad de los ciudadanos de la isla.
“Estos acuerdos son considerados por un segmento vital de la resistencia Cubana como una traición a la aspiración de libertad del pueblo cubano. Son inaceptables para nosotros. Los principios y el derecho a la libertad de un país no son propiedad de ningún Gobierno, por poderoso o influyente que sea”, insistió el activista.
Antúnez reiteró ante los legisladores que el esfuerzo internacional anunciado por los dos países para “dotar de algún tipo de evolución” al régimen de Raúl Castro, solo contribuye a respaldar un “fraude”.
“Esta idea es simplemente una farsa promovida por el régimen de Castro con el fin de perpetuarse en el poder. La dictadura de Castro no puede ser reformada, está basada en el rechazo a los valores democráticos y a todo lo que éstos representan”, agregó.
No obstante, más allá del restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, el disidente cubano, que estuvo preso 17 años seguidos por su oposición al régimen, reconoció que el cambio en la isla puede estar “cerca”.
Antúnez explicó que “la caída en los precios del petróleo, la inestabilidad del régimen de (Nicolás) Maduro en Venezuela, que ha sido el principal patrocinador de la dictadura de Castro, así como la resistencia cívica que está creciendo en toda Cuba y las importantes iniciativas encaminadas a coordinar esta resistencia”, pueden ayudar a lograr ese giro.
En este sentido, el reconocido activista pidió a los congresistas que apoyen la búsqueda y la defensa de los derechos de la sociedad cubana, a la vez que subrayó que “este es el momento para pedir cambios reales” a La Habana.
“Esto significa la legalización de partidos políticos independientes y sindicatos, elecciones libres bajo supervisión internacional, y que los hermanos Castro se apartaran del poder político, ya que han pasado décadas asfixiando al pueblo cubano. Solo esto puede llevar a la normalización de las relaciones entre EE.UU. y Cuba”, concluyó.
La de hoy es la tercera de las audiencias que celebra el Congreso estadounidense a raíz del anuncio del acercamiento entre Washington y la isla a mediados del pasado diciembre.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha apostado por un giro en su postura hacia Cuba, tras lo que él considera como una política fallida desarrollada durante más de 50 años, por lo que ha solicitado al Legislativo que levante el embargo a la isla.