Los ministros del Finanzas del G7 inicio una reunión de tres días centrada en la lucha contra la evasión fiscal y las redes que financian el terrorismo global, y en la que inevitablemente se hablará de Grecia.
Alemania, que desempeña la presidencia de turno del G7, el club de países industrializados que reúne además a Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Japón, Francia e Italia, pretende que la ocasión permita un intercambio franco entre socios y ni siquiera prevé que la reunión de Dresde se cierre con un comunicado común.
"El objetivo es promover un diálogo muy abierto sobre temas importantes. Queremos evitar disputas sobre la última coma (del comunicado final) y centrarnos en debatir sobre la elección de la dirección y los mecanismos adecuados", apuntaron fuentes del Ministerio de Finanzas en un encuentro con los medios.
Eliminando esta presión, apuntan algunos expertos, evitará asimismo tensiones entre los miembros del G7 en un momento en el que este foro está en entredicho por su pérdida de relevancia frente al auge de los emergentes -que cuentan además con el G20- y el enfrentamiento de Occidente con Rusia a causa de Ucrania.
De hecho, persisten las diferencias entre los socios del G7 en asuntos clave, desde cómo reactivar el crecimiento -vía impulsos públicos y monetarios o vía reformas- a cómo afrontar el surgimiento de China, pasando por cómo responder a la beligerancia de Moscú, que fue temporalmente expulsado del G8 por la anexión de la península ucraniana de Crimea.
Uno de los ámbitos en los que más sencillo parece el acuerdo es en el del refuerzo de la cooperación internacional para estrangular los mecanismos de financiación del terrorismo yihadista, con la vista puesta en el Estado Islámico (EI), que domina grandes áreas en Siria e Irak.
El G7, atendiendo una propuesta francesa, pretende mejorar la coordinación transfronteriza para el bloqueo simultáneo de activos terroristas y cerrar agujeros legales en este ámbito con el fin de dificultar la financiación del EI, que está recurriendo a monedas virtuales y a la comercialización de artesanía antigua.
Asimismo, el encuentro abordará los vacíos legales que persisten en la normativa financiera internacional, ya que Berlín sigue empeñado desde 2008 en regular todo actor, todo mercado y todo producto.
EFE