El brazo de las naciones unidas para la cultura en los pueblos del mundo pidió, a través de su directora, Irina Bokova, que las autoridades de Brasil se empeñen en resolver el caso del brutal asesinato del periodista y bloguero Evany José Metzker.
La Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, pidió este jueves que se investigue el asesinato del periodista brasileño Evany José Metzker, cuyo cadáver fue hallado el 18 de mayo al noreste del estado de Minas Gerais, cinco días después de la desaparición del reportero.
“Condeno el asesinato de Evany José Metzker”, dijo la Directora General. “Pido a las autoridades que ejecuten una investigación minuciosa sobre ese crimen y lleven a sus culpables ante la justicia. Es importante para la sociedad en su conjunto evitar que permanezcan impunes los responsables de ataques violentos destinados a amordazar la libertad de prensa”.
Las condenas de la Directora General por los asesinatos de profesionales de los mediosresponden a la resolución 29 adoptada en 1997 por la Conferencia General de la UNESCO y titulada “Condena de la violencia contra los periodistas”. Figuran en la página web que la UNESCO dedica a los periodistas asesinados.
La víctima
Evany José Metzker, de 67 años, era periodista de investigación y tenía su propio blog, llamado Coruja do Vale.
El medio de Brasil, Época, recoge la historia de los últimos días del periodista y su muerte, a la cual califica de salvaje.
A Metzker sus agresores le torturaron y luego decapitaron, en el momento de su asesinato estaba tras la pista de grupos de traficantes y pedófilos que intentan reinar en las regiones más pobres de Minas Gerais.
El diario narra que el día de su desaparición, Coruja como era conocido, tomó su café con un pedazo de pan en la posada donde se quedaba, y anunció a la hija de la dueña que debía ir a una ciudad vecina, y luego volvería para dar una charla en la tarde, en el colegio de ella, y le avisaría cualquier contratiempo.
El viaje de Padre Paraiso a Teófilo Otoni son 100 kilómetros y le tomó casi todo el día, así que la charla sobre trabajo infantil y explotación debió postergarse para la siguiente semana.
Al volver se disculpó con la muchacha, salió para encontrarse con un amigo de un diario nacional, a la vuelta pidió el cierre de su cuenta de tres meses en la posada porque partiría a Brasilia en el día siguiente, a su vuelta pagaría los 2700 reales que debía. Salió nuevamente de la posada dejando el ventilador y la luz encendida, dijo “yo voy a Brasilia y vuelvo”, pero nunca volvió.
El día 18 de mayo, la policía militar de Padre Paraíso recibió una llamada. Vecinos habían encontrado lo que parecía un cuerpo sin cabeza, la policía encontró el tronco del periodista con la cabeza cortada a la altura de los hombros, lo habían dejado a orillas de un barranco.
Las manos de la víctima estaban atadas a la altura de la barriga con una cuerda anaranjada, el hombre estaba semidesnudo, vestía apenas una chaqueta, camiseta y unas medias.
La cabeza fue encontrada a 100 metros del cuerpo, por las marcas revisadas por los especialistas en criminalística, al periodista se le había torturado violentamente, y hasta sexualmente.
Los responsables no se preocuparon en ocultar ni el cadáver ni la identidad del mismo, era como un aviso para sus colegas.
Trascendió que Metzker, al que no le gustaba hablar de lo que investigaba, había pedido apoyo a otros periodistas para lo que estaba haciendo. Y en la posada donde estaba, había instalado una mini redacción con un dispositivo de Internet que le permitía estar conectado todo el día.
La dueña de la posada dice que Metzker le recordaba a Paulo Coelho, era un hombre callado, escribía, trabajaba y fumaba. Nunca vino con una novia para la posada, jamás llegaba después de las 10 de la noche. En sus momentos libres en la posada ayudaba a sus hijas con los deberes, le daba consejos y orientaba a una de ellas que quería ser periodista.
Aunque no contaba mucho de su vida pasada, la dueña asegura que le confesó que en su pasado había sido dibujante para la policía, y había hecho retratos hablados de delincuentes.