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lunes, 18 de mayo de 2015

Un alto cargo público cae fulminado por el escándalo de OHL en México

El escándalo de OHL en México ha dado su primer golpe al tablero político. El secretario de Comunicaciones del Estado de México, Apolinar Mena Vargas, ha sido fulminado por su presunta implicación en el caso. La caída, presentada como renuncia, llega después de casi dos semanas de tira y afloja en el que Mena, que también ha sido multado por su proceder, negó haber cometido alguna irregularidad. Con anterioridad, dimitió el consejero de OHL Pablo Walletin, su interlocutor en las conversaciones que han destapado el 
escándalo. 
En las grabaciones, Walletin se hace cargo con total desparpajo de las vacaciones navideñas del secretario y su familia al (desarrollado por OHL),en un hotel  de lujo de la Riviera Maya. Ambos, en la conversación, muestran un alto grado de confianza. “Tengo un problema porque necesito una habitación, vamos a estar muy apretados ahí”, dijo Mena al empresario. Y agregó: "Ya no hay habitaciones, nada. Ni la suite presidencial. ¿Pero sabes donde sí hay? En el [hotel] de al lado". 
Un día después de la revelación de las conversaciones, Mena rechazó haber disfrutado de vacaciones pagadas por la empresa. "Es una gran mentira", dijo a EL PAÍS. "Rechacé la oferta, siempre me he conducido con honradez". El secretario, que entonces negó la posibilidad de dimitir, reconoció que Wallentin le había ayudado con algunas gestiones. E insistió en que él había cubierto los 8.200 dólares por cinco días de estancia. Este domingo, Eruviel Ávila, el gobernador del Estado de México, informó de que Mena ha sido multado con 12.000 dólares como resultado de una investigación sobre el escándalo que aún se encuentra en marcha. 
El caso, con todo, va más allá de un cohecho menor. Las escuchas ponen sobre el tapete un amplio sistema de fraude y sobrecostes en torno al Viaducto Bicentenario, una obra destinada a descongestionar el tráfico, y que fue encargada a OHL durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto como gobernador del Estado de México. La empresa española tiene concesionados allí 206 de los 345 kilómetros de autopistas en el país. Además, operan el aeropuerto internacional de Toluca, la capital del Estado.     
Los intentos de la compañía española para reducir daños no han servido de mucho. La bolsa ha castigado a la acción, y su imagen, que ya venía lastrada por su cercanía al poder, ha sufrido una profunda estocada. Esta semana la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el regulador financiero mexicano, visitó las oficinas de OHL en la capital para investigar el presunto fraude.  
Las grabaciones, cuya autoría es un misterio, revelan aumentos del 30% en el peaje del viaducto, muy por encima del tráfico que soporta, sobrecostes gigantescos (de 261 millones de dólares a 653 millones) e imputaciones de gasto falsas. Todo ello, en un momento en que México, sacudido por continuos estallidos de violencia y corrupción, atraviesa un momento de profunda desconfianza hacia la clase política. 
La caída de secretario Mena, al igual que la de Walletin difícilmente pararán el vendaval. Tanto la empresa como el Ejecutivo estatal han abierto investigaciones destinadas a aclarar el caso. Pero en el escenario ha quedado presente la sombra de una connivencia entre ambas entidades difícilmente soportable para una opinión pública tremendamente irritada.
EL PAIS