Conforme sigue aumentando la proporción de niños entre los refugiados y migrantes en el sudeste de Europa, UNICEF alertó este martes que las temperaturas bajo cero y la nieve están empeorando su frágil condición. Muchos no tienen ropa de abrigo para el invierno ni acceso a una alimentación adecuada, además de llegar físicamente exhaustos.
Su situación se ve agravada por la falta de transporte y cobijo, y cuando lo encuentran, a menudo, carece de calefacción.
En 2015, más de un millón de refugiados y migrantes cruzaron el Mediterráneo para llegar a las costas de Europa. De este total, la ONU calcula que aproximadamente el 25 por ciento eran niños. Sin embargo, las últimas tendencias muestran que ese porcentaje está al alza y ya representan hasta el 36 por ciento de los flujos migratorios por el continente.
En un comunicado, la coordinadora especial de UNICEF para la Crisis de Refugiados y Migrantes en Europa, Marie-Pierre Poirier, explicó que los niños son especialmente propensos a las infecciones respiratorias, problemas digestivos y diarrea.
Por ello, en los últimos tres meses, la agencia de la ONU y sus aliados han asistido a 81.000 niños mediante los espacios amigos de la infancia acondicionados para soportar las condiciones invernales en Macedonia, Serbia y Croacia.