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domingo, 21 de octubre de 2012

´Comprar´ esposa extranjera no garantiza amor eterno en Corea del Sur

Los matrimonios de parejas internacionales en Corea del Sur -en su mayoría hombre coreano y mujer del sudeste asiático- descendieron el año pasado mientras crecieron sus divorcios, lo que ha puesto bajo los focos la extendida práctica de conseguir una esposa extranjera "por contrato".

En Corea del Sur muchos hombres se encuentran todavía solteros, a su pesar, bien entrados los cuarenta.

En una de las sociedades más estratificadas y materialistas del mundo, un físico que no cumple con los cánones locales de belleza y un bajo estatus socioeconómico reducen drásticamente las posibilidades de encontrar esposa.

"Las coreanas buscan a hombres de un nivel económico y sociocultural superior, por lo que muchos en los estratos más bajos quedan excluidos", explica a Efe el doctor Lee Sang-lim, investigador del Instituto de Salud y Asuntos Sociales de Corea.

"Conozca a la mujer de sus sueños", reza un cartel del metro de Seúl. Anuncia una de las agencias matrimoniales a las que acuden cada año miles de hombres para, en cuestión de días, firmar un contrato que les permitirá casarse con una bella vietnamita, china o filipina de entre 18 y 25 años.

Las mujeres de Vietnam o Filipinas son las que aceptan contraer este tipo de matrimonios por cantidades menos elevadas, según el director de la agencia de enlaces internacionales "Arirang", Jeon Dae-young, que asegura que los contratos más "costosos" se dan en países como Uzbekistán y Rusia.

La agencia ofrece desde unos 13.000 euros "el viaje para elegir a la futura esposa entre varias aspirantes, los gastos en el destino, la ceremonia de bodas y hasta un traductor electrónico para que se comuniquen al principio", asegura Jeon.

Su oficina en Seúl tramitó aproximadamente 100 de los 30.000 matrimonios internacionales que se celebraron el año pasado, un 10 por ciento del total de enlaces en el país.

Las jóvenes del sudeste asiático, reclutadas en sus países por este tipo de agencias, creen que casarse con un hombre de la rica Corea del Sur les brindará una puerta de entrada al primer mundo, una vida cómoda y una fuente de remesas para sacar de la pobreza a su familia.

Sin embargo, muchos de los surcoreanos que recurren a este tipo de servicios apenas cubren con sus humildes ingresos los gastos diarios del hogar y algunos, al haber invertido gran parte o todos sus ahorros, exigen a su esposa una total sumisión en los ámbitos doméstico, familiar y sexual.

"Ellos consideran que han comprado un producto, por eso si las mujeres no responden a sus expectativas surgen problemas", advierte el doctor Lee.

Si bien en muchas ocasiones la pareja logra superar las barreras de la edad, el lenguaje y la cultura, en casos extremos la incomprensión mutua deviene en la fuga de las esposas o en episodios de violencia de género.

Un 40 por ciento de las extranjeras son víctimas de abusos de sus cónyuges surcoreanos, de las cuales un 13,4 por ciento sufre agresiones físicas, según el último estudio de 2010 del estatal Centro de Investigación y Formación sobre Migraciones.

Los enlaces entre coreanos y extranjeras que acaban en ruptura duran un promedio de 4,7 años, un tercio de los 14,2 años de los matrimonios entre locales, y solo el año pasado hubo 11.496 casos de divorcios de parejas interculturales, 250 más que en 2011 y cinco veces más que hace diez años.

Estos "divorcios internacionales" se incrementarán aún más, según el doctor Lee, ya que "las numerosas parejas mixtas casadas desde 2005 están comenzando a separarse por conflictos de idioma, adaptación a la cultura coreana y económicos".

Otro fenómeno destacable es que el año pasado las mujeres vietnamitas superaron en número a las chinas como nuevas cónyuges extranjeras al protagonizar alrededor de 7.600 bodas, unas cien más que las segundas.

"Para las chinas venir a Corea con un visado de trabajo es ahora más fácil, por lo que no necesitan recurrir a matrimonios concertados", apunta el investigador.

Las estadísticas, sin embargo, revelan también que la edad es otro poderoso factor y las "aspirantes" de Vietnam son en general más jóvenes que las de otras nacionalidades.

Según la pirámide de población publicada recientemente por un centro estatal, en los matrimonios entre coreanos y vietnamitas ellos rondan entre 35 y 50 años y, entre ellas, pocas sobrepasan los 23. EFE