AFP).- El magnate de las comunicaciones y tres veces ex primer ministro Silvio Berlusconi, de 76 años, una de las figuras más controvertidas y a la vez carismáticas de Italia, que protagonizó inéditos escándalos sexuales, judiciales y clamorosas metidas de pata internacionales, fue sentenciado a siete años de prisión e inhabilitado de por vida para cualquier cargo público por culpa de las mujeres.
Juzgado desde abril de 2011 en Milán (norte) por prostitución de menor y abuso de poder en el caso Ruby, Berlusconi suele negarse a tirar la toalla pese a los escándalos judiciales y sexuales que ha protagonizado en 20 años de vida política.
Desde hace algunos años su maldición son las mujeres, sobre todo si son bellas, como su segunda esposa, Veronica Lario, a la que le debe consignar mensualmente tres millones de euros tras un escandaloso divorcio por infidelidad que se concluyó en 2012.
“Le ofrecen vírgenes para su placer”, escribió Lario tras saber que la ausencia de su marido a varias reuniones familiares se debía a sus compromisos con Noemi, una chica napolitana de menos de 18 años, que solía llamarlo “Papi”.En junio de 2009, la prostituta de lujo Patrizia D’Addario llegó a narrar en un libro y con lujo de detalles la tórrida noche pasada con el poderoso magnate, un texto que influyó tanto como la carta pública en la que su esposa pidió el divorcio al acusarlo de “andar con menores de edad” y tildarlo de enfermo sexual.
Su vida disipada y la atracción por las chicas jóvenes contribuye a la larga lista de escándalos protagonizados por el exprimer ministro conservador, quien estuvo en el poder desde 2001 con una interrupción de dos años de 2006 a 2008.
Berlusconi irrumpió en la política en 1993 como el rostro nuevo, tras los escándalos de corrupción de “Tangentopoli” o “Manos Limpias”, que arrasaron con la clase política de entonces.
El multimillonario italiano, que forjó de la nada su fortuna, una de las mayores de Europa, con un estilo caracterizado por ataques y provocaciones a sus enemigos políticos y un acérrimo anticomunismo, se vio obligado a renunciar al cargo de primer ministro en noviembre de 2011, desacreditado por la crisis económica que tenía a Italia al borde de tener que pedir un rescate internacional.
La desastrosa gestión de la colosal deuda de Italia afectó negativamente la popularidad de Berlusconi, quien después de una prolongada agonía política regresó al ruedo para protagonizar un sorprendente avance, enardeciendo a sus bases y prometiendo la eliminación de impuestos y hasta devolver lo recaudado el año anterior.
“Es como James Bond, jamás decir jamás”, comentó el filósofo Giacomo Marramao.
¿Su arma secreta? Simpatía y cara dura. Un día puede decir lo contrario del otro y sabe mentir sabiendo que miente.
Nacido el 29 de septiembre de 1936 en una familia acomodada de Milán, Berlusconi mostró su vocación por los negocios desde la adolescencia, cuando estudiaba en el colegio de los Salesianos.
Inteligente, perspicaz, engreído (hay quienes lo acusan de un fuerte complejo de superioridad), Berlusconi no ha tenido reparos en adoptar leyes que favorecían a su propio imperio mediático o para evitar ser procesado por los jueces de su país, a los que despreciaba y tildaba de “rojos comunistas”.
Animador de locales nocturnos en el balneario de Rimini durante su juventud, capaz de fascinar a turistas durante los cruceros con canciones, Berlusconi siempre ha contado con la lealtad de un grupo de amigos íntimos, como Fedele Confalonieri, a quien confió las riendas de Mediaset, la poderosa empresa de televisión de su imperio industrial Fininvest que comprende 500 sociedades, entre ellas la casa editorial Mondadori.
Vendedor de aspiradoras a finales de los años 50, Silvio Berlusconi se graduó en 1961 en derecho y se dedicó al sector de la construcción, comenzando así una imparable carrera que ha suscitado interrogantes a los que nunca ha dado respuestas satisfactorias.
“Traicionado” por su aliado de la populista Liga Norte, tuvo que dejar el poder tan sólo siete meses después.Condecorado como “Caballero del Trabajo” a los 41 años, “Il Cavaliere” Berlusconi llegó a ser primer ministro por primera vez en 1994.
Pese a las críticas y controversias que suscitó su segundo mandato entre 2001 y 2006 y a las divisiones internas dentro de su propia coalición, que casi se desintegra, Berlusconi ha sido por casi dos décadas el “líder máximo” de la derecha italiana.
Con un golpe estratégico, reunificó sus huestes bajo una sola bandera y un partido único, bautizado el “Pueblo de las Libertades”, fruto de la fusión entre la derecha de Alianza Nacional (AN) y su propia formación Forza Italia (FI).
Una jugada sorprendente que le permitió en 2008 llegar al poder de nuevo para tomar las riendas de Italia.
Ese nuevo mandato estuvo marcado por los excesos y abusos del magnate de las comunicaciones en el ejercicio del poder, los cuales suscitaron ríos de críticas y protestas de medios de comunicación, industriales e incluso de la Iglesia católica italiana.
Desgastado tras cinco años de mal gobierno, logró un remonte espectacular en febrero de este año, adjudicándose la mayoría en el Senado, un caso de sorprendente supervivencia política.
Il Cavaliere, como lo llaman, ha sido en varias ocasiones condenado en primera instancia, pero nunca definitivamente, gracias en buena parte al ejército de abogados generosamente remunerados con los que puede contar.
Impecable en su aspecto, famoso por los varios “liftings” e implantes capilares,Berlusconi es padre de cinco hijos y varias veces abuelo.