Esta festividad de origen pagano, no muy antiguo que suele ir ligada a encender hogueras o fuegos, ligada con las celebraciones en la que se festejaba la llegada del solsticio de verano, pese a que éste es el 21 de junio, en el hemisferio norte, cuyo rito principal consiste en encender una hoguera.
La finalidad de este rito era "dar más fuerza al sol", que a partir de esos días, iba haciéndose más "débil" —los días se van haciendo más cortos hasta el solsticio de invierno—. Simbólicamente el fuego también tiene una función "purificadora" en las personas que lo contemplaban. Se celebra en muchos puntos de Europa, aunque está especialmente arraigada en España, Portugal (Fogueiras de São João), Noruega (Jonsok), Dinamarca (Sankthans), Suecia (Midsommar), Finlandia (Juhannus), Estonia (Jaanipäev) y Reino Unido (Midsummer).
En América Latina, Brasil tiene Festas Juninas, en Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Venezuela y Puerto Rico, la noche de San Juan.
La noche de San Juan está, así mismo, relacionada con antiquísimas tradiciones y leyendas españolas como la Leyenda de la Encantada.
La batalla se saldó como una decisiva victoria de la Gran Colombia que resultó crucial para la captura de Caracas y el resto del territorio venezolano que aún permanecía en poder de los realistas, hecho que se logrará de manera definitiva en 1823 con la Batalla naval del Lago de Maracaibo y la toma del Castillo San Felipe de Puerto Cabello.
La suspensión de la lucha permitió a Bolívar reorganizar el ejército y la administración. El 28 de enero de 1821 la provincia de Maracaibo se proclamó anexa a la República de Colombia (Gran Colombia). Bolívar decidió reunir el ejército de Apure y las divisiones de la guardia patriota en Mijagual, a objeto de reanudar las hostilidades.