AFP).- El empresario Juan Carlos Varela asume el martes la presidencia de Panamá con el reto de mantener el crecimiento económico y concluir la ampliación del Canal, a la sombra de su antecesor, Ricardo Martinelli, quien ha prometido hacerle una oposición férrea.
Varela, un empresario del licor de 50 años, se ceñirá la banda presidencial en un acto masivo en el estadio Rommel Fernández de la capital panameña.
A ese acto han confirmado su asistencia los presidentes centroamericanos (salvo el nicaragüense Daniel Ortega), Mariano Rajoy (España), Ma Ying-jeou (Taiwán), Michel Martelly (Haití) y Danilo Medina (República Dominicana), además del secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
Varela, quien gobernará por 5 años tras ganar holgadamente las elecciones el pasado 4 de mayo, sustituye en el cargo a Martinelli, quien deja el poder con alta popularidad, pese a las denuncias de corrupción.
“Me comprometí a llevar adelante transformaciones profundas que de manera inmediata requiere nuestro país”, aseguró recientemente Varela, aunque reconoció que “no será una tarea fácil”.
Varela prometió un gobierno de “diálogo y unidad nacional” para continuar el crecimiento económico, reducir la inflación de 4% en 2013, combatir la inseguridad y fortalecer la democracia.
“Los tres últimos gobiernos tienen los mismos retos porque nadie ha resuelto los problemas de la violencia, el costo de la canasta básica y la corrupción”, aseguró a la AFP el abogado y analista político Mario Rognoni.
El futuro presidente panameño asumirá en pleno boom económico, con 8,4% de crecimiento en 2013, pero con 26% de los panameños en situación de pobreza según el gobierno, más de un tercio en empleos informales y miles de personas sin acceso a servicios básicos como agua potable y vivienda.
Entre las propuestas de Varela figura el control de precios de 22 productos para bajar la inflación, llevar agua potable a todo el país, educación bilingüe, aumentar las becas y pensiones, y construir nuevas líneas de metro.
Varela enfrentará también el año de retraso que llevan las obras de ampliación del Canal, por el que pasa 5% del comercio marítimo mundial.
La nueva vía no estará operativa hasta 2016, de modo que no será hasta 2017 que el Estado panameño recaude cientos de millones de dólares adicionales a los cerca de 1.000 millones que ya recibe anualmente.
En materia internacional, Varela anunció como “prioridad” restablecer las relaciones con Venezuela, rotas desde el pasado 5 de marzo.
La larga sombra de Martinelli
Sin embargo, Varela tendrá en el saliente Martinelli, su antiguo aliado y hoy enemigo político, a uno de los principales obstáculos para su nuevo gobierno.
Martinelli, un magnate de los supermercados que ha anunciado que será el líder de la oposición, tiene el control absoluto de su partido Cambio Democrático, mayoritario en el Congreso con 32 escaños, mientras Varela y su Partido Panameñista (derecha) sólo tienen 13 de los 71 asientos.
Por eso, el partido de Varela alcanzó este lunes un acuerdo de gobernabilidad con el socialdemócrata Partido Revolucionario Democrático (PRD) y sus 25 diputados para sacar adelante los proyectos de ley y los nombramientos de diversos cargos.
El acuerdo es “para darle a la nación la garantía de que el nuevo gobierno contará con las condiciones necesarias para resolver los graves problemas que enfrenta el pueblo panameño”, aseguró Juan Carlos Navarro, secretario general del PRD.
“A Varela yo no le veo un gobierno para nada tranquilo y fácil, va a tener muchos problemas de gobernabilidad. Además, va a tener un Martinelli en oposición que quizás sea su peor enemigo y su peor pesadilla”, aseguró Rognoni.
“Martinelli hará una oposición férrea. Así lo ha anunciado él mismo y todo parece indicar que aspira a seguir manteniendo una cuota importante de poder”, manifestó a la AFP el politólogo Carlos Guevara-Mann.
Cambios de forma, no de fondo
Según los analistas el gobierno de Varela no supondrá un cambio económico ni social, en un país defensor de la línea de Washington donde apenas hay debate ideológico.
“Habrá una diferencia de estilo, menos agresivo y más respetuoso de los intereses sectoriales, pero en las orientaciones económicas generales habrá continuidad”, aseguró Guevara-Mann.
El próximo gobierno tendrá funcionarios que ya trabajaron con el exmandatario, al que sus opositores acusaban de autoritarismo, control de los poderes del Estado para beneficio propio y corrupción.
“Hay temor en la ciudadanía porque en cierta medida es un martinellismo sin Martinelli”, aseguró a la AFP el catedrático en derecho constitucional, Miguel Antonio Bernal, para el que Varela debe “recuperar el estado catatónico de las instituciones públicas y la credibilidad de la ciudadanía” en los gobernantes.
“Lo que la ciudadanía no quiere es pasar de Herodes a Pilatos“, añadió Bernal.