El hospital Joaquina de Rotondaro continúa con un solo quirófano medio activo, el mismo genera riesgos a pacientes y personal que asiste las operaciones, ya que la instalación esta notoriamente deteriorada y requiere de mejoras inmediatas.
Algunos empleados del nosocomio y galenos califican de “irónica” la situación, porque desde el año 2009 comenzaron los trabajos de remodelación de los otros quirófanos y hasta el sol de hoy aún continúan con esa labor pero a paso de morrocoy.
Las operaciones electivas quedaron suspendidas desde 2009 y los más afectados son los tinaquilleros que para solventar sus problemas de salud con una intervención quirúrgica deben mover cielo y tierra en otros recintos hospitalarios de regiones vecinas.
Otros se mantienen recluidos en el hospital local hasta que las autoridades se dignen a agilizar la activación de los soñados quirófanos, mientras hay grupos que terminan convencidos por galenos que los orientan con otras posibles soluciones, entre ellas guardar reposo en sus casas para evitar riesgos de contaminación en heridas o buscar recursos y ayudas para operaciones en establecimientos privados.
Gobierno de Calle no cumplió promesa
El pasado 16 de abril la gobernadora Érika Farías junto a la autoridad única de salud y demás representantes regionales y locales se comprometieron en agilizar los trabajos que permitirían entregar en dos meses los quirófanos.
Las promesas fueron incumplidas, ya que llegó el 16 de junio y los espacios que mejorarían significativamente el estado del Hospital “Joaquina de Rontondaro” siguen esperando voluntad política para su reactivación.
Los obreros de vez en cuando meten una manito a la obra, pero nada que permita gozar en los próximos días de los dos quirófanos que permitirán efectuar las operaciones electivas en Tinaquillo y evitar el traslado de pacientes graves a regiones vecinas, solo porque la jurisdicción no tiene espacios adecuados para atender varias emergencias al mismo tiempO