Cientos de miles de trabajadores y turistas lidiaron el jueves con una huelga del metro en Londres que se tradujo en grandes caminatas y muchas colas en los otros medios de transporte, como los autobuses.
Los empleados del metro dejaron de trabajar porque consideran insatisfactorias las compensaciones que recibirán por la ampliación del servicio a las noches de los fines de semana, a partir del 12 de setiembre.
Los normalmente impecables empleados de la City sustituyeron los zapatos Oxford por calzado deportivo y los maletines de piel por mochilas, y se lanzaron por miles a caminar por unas calles que parecían, a distancia, tomadas por una marabunta.
Los afectados se volcaron en las redes sociales para explicar su experiencia.
“La última vez que estuve aquí casi me derretí con 37º de calor, y esta vez hay una maldita huelga de metro. ¿Por qué me odias, Londres?”, lamentaba Orla Hannon.
La mayoría de la gente madrugó para tratar de llegar a la misma hora que siempre y los más afortunados recibieron permiso para trabajar desde casa, justo el día en que se juega el cuarto partido del tradicional enfrentamiento bianual de críquet entre Australia e Inglaterra, una de las citas más esperadas por los londinenses aficionados al deporte.
“Tengo que trabajar desde casa por culpa de la huelga de metro en el primer día del cuarto partido. Que maldita, horrible, detestable y terrible suerte”, bromeaba en Twitter Nick Pettigrew.
La publicación satírica The Daily Mash no dejó escapar la ocasión de burlarse de la gran afluencia en las calles.
“Los retorcidos trogoloditas que habitan Londres se vieron obligados a exponerse a la luz del día. Los prácticamente ciegos, canibales subhumanos, que generalmente viven sus vidas cortas y embrutecidas en túneles y oficinas, recorren en estos momentos las calles de la capital”, avisaba el artículo.
Mejor que hace un mes
La huelga se inició por la noche y durará todo el jueves, por lo que las escenas de esta mañana se repetirán al término de la jornada.
Sin embargo, las vacaciones escolares y el éxodo de agosto alivió la situación respecto a la última huelga, hace menos de un mes.
Así, a las 08H45 había 428 atascos de tráfico que sumaban 320 kilómetros de retenciones en la ciudad, según la empresa de sistemas de navegación para autos TomTom.
Se trata del doble de un jueves normal, pero mucho menos que en la huelga del 8 de julio, cuando hubo 1.445 atascos a esa misma hora.
Los ciclistas también era mucho más numerosos y las autoridades advirtieron a los conductores estar más pendientes “de verificar los ángulos ciegos en los cruces”.
Aprovechando la ocasión para lograr un poco de publicidad, una empresa de monopatines regaló unos cuantos a la salida de la estación de Victoria.
El alcalde advierte a los trabajadores
El alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, dijo que los huelguistas no conseguirán ni un penique más de lo puesto sobre la mesa.
“No voy a permitir que se ofrezca más dinero. Mucha gente admite que es un acuerdo muy generoso”, explicó.
Mike Cash, líder de RMT, uno de los sindicatos convocantes, respondió que la oferta “no resuelve la cuestión fundamental de que nuestros miembros tendrán que estar a la entera y total disposición de la dirección para ir a llenar los huecos de personal por culpa de los planes chapuceros del alcalde de abrir por las noches”
Según la dirección, la oferta contemplaba que los empleados tengan los mismos fines de semana libres que tenían hasta ahora y que en el futuro puedan elegir si quieren o no hacer el turno nocturno.
Fuente: AFP