Si bien el encuentro entre el secretario de la ONU, Ban KI-Moon y la presidenta Cristina Kirchner tuvo su eje en el reclamo por la soberanía de las islas Malvinas, también tuvo su capitulo aparte la odisea del líder de la ONU, que por las cenizas del volcán Puyehue debió moverse por tierra y hasta festejar su cumpleaños número 67 en una estación de servicio.
Así, lejos de los lujos que suelen tener los viajes de los funcionarios de organismos internacionales, Ban Ki-moon se debió conformar con unos alfajores en una estación de servicio de Rosario, en Santa Fe, y seguir viaje durante los 700 kilómetros que hizo por tierra. Fue porque su vuelo no pudo aterrizar en Buenos Aires y debió ser desviado a Córdoba.
El jefe de la ONU venía desde Colombia, primera etapa de su gira Sudamericana que sigue en Uruguay y Brasil. El actual Secretario quiere mantener su cargo en la poderosa ONU. El viaje debió continuar en colectivo por autopista hasta llegar a Rosario. Allí se le cantó el debido Feliz Cumpleaños y continuó la travesía hasta Casa Rosada.
Al llegar, la Presidenta, enterada de lo que había pasado le dedicó: "Estoy segura que lo deben haber atendido mejor que en la Casa Rosada porque los alfajores rosarinos son muy ricos. Y los argentinos somos solidarios y hospitalarios. Lamento, pero no es posible manejar el clima por decreto de necesidad y urgencia. Fueron muchas horas de viaje", dijo Kirchner.
EL mejor regalo del día: el respaldo a su reelección que le ofreció la mandataria argentina, qué más se puede pedir.