(AFP) - Barack Obama se valió de un viaje, el jueves, al estado de Michigan, golpeado de lleno por la crisis, para fustigar las intrigas políticas en Washington, que condujeron, dijo, a la degradación de la nota de la deuda de Estados Unidos.
“Esta reducción de la que les han hablado habría podido ser evitada si hubiera habido voluntad de llegar a un acuerdo en el Congreso”, lanzó el presidente durante un discurso en una fábrica de baterías para automóviles que fue beneficiada por su plan de relanzamiento de la economía.
“Lo único que nos frena es la política”, exclamó, sin privarse previamente de criticar a sus adversarios republicanos, culpables, dijo, de colocar sus intereses partidarios antes que los del país.
“Todos jugamos en el mismo equipo, sobre todo cuando las épocas son duras”, proclamó el presidente.
Obama vivió una de sus peores semanas en la Casa Blanca, en gran parte a raíz de la reducción de la nota de la deuda estadounidense por la agencia de calificación financiera Standard and Poor’s, el viernes 5. Debe hacer frente también a la ira de los republicanos y de algunos militantes demócratas, molestos por ver que el desempleo sigue tan campante, en 9,1%.
Mientras hay quienes perciben a Estados Unidos al borde una nueva recesión, Obama dice: ‘”no hay nada que marche mal en nuestro país. Lo que no funciona es nuestra vida política. Hay algo que no rueda bien en nuestra vida política, y debemos apropiarnos de ella”.
Obama debía partir luego hacia Nueva York, para asistir a sesiones de recolección de fondos para su campaña en vista de la próxima elección presidencial.