Un halcón peregrino? ¿ Un guepardo? Pues nada de eso. El ser vivo más rápido del planeta hace palidecer de vergüenza incluso a los seres humanos en la nave mas avanzada, es tan veloz que si fuéramos sometidos a una fracción de su aceleración nos haríamos papilla inmediatamente. No es ningún mamífero, ni un ave, tampoco un reptil. el ser viviente mas rápido del mundo es filológicamente mucho mas sencillo y vive en lugares nada agradables.
Gracias a Internet muchas de esas preguntas difíciles que nos hacen los niños tienen ahora una respuesta confiable y didáctica, si preguntan cuál es el animal que corre más rápido encontraremos que el guepardo es el mas veloz sobre la tierra o que el halcón es los mas rápido en el aire. Pero si preguntan ¿Cuál es el ser viviente que se mueve más rápido? ¿Qué les contestaríamos? Bien, la solución a esta extraña pregunta es un pequeño ser que no corre, ni tampoco vuela, sino lo que hace es expulsar. Ahora, no faltará quien puntualice el hecho de que aceleración y velocidad no son lo mismo, sin embargo, la habilidad de este minúsculo ser es sorprendente.
A simple vista no se puede decir mucho sobre el Pilobolus, más allá de ser un género de hongos que crece en el estiércol. La espora del Pilobolus es consumida por los herbívoros directamente sobre el césped, sobrevive a todo el proceso de digestión, y germina una vez que el excremento es evacuado.
El momento supremo del Pilobolus llega al “expulsar” la espora. Puede acelerar de cero a veinte millas por hora en apenas dos millonésimas de segundo, y su aceleración alcanza los veinte mil G’s. Si tomamos en cuenta que los pilotos de caza altamente entrenados y experimentados pueden soportar nueve o diez G’s por unos pocos segundos, es fácil llegar a la conclusión de que la aceleración de la espora del Pilobolus es una bestialidad fuera de orden.
Lo más inverosímil de todo esto que el Pilobolus tiene una razón perfectamente lógica y natural para disparar a sus esporas de ese modo. A su escala, el aire es mucho más “espeso”, por lo que la espora sufre de un fuerte nivel de fricción. Aún así, un Pilobolus puede arrojar su pequeña espora a una distancia máxima de dos metros, lo suficientemente lejos del estiércol como para que otro herbívoro la consuma, y repita su ciclo de vida naturalmente.
El primer vídeo pertenece a un documental de tres episodios presentado por la BBC en marzo de 2010 llamado “Richard Hammond’s Invisible Worlds”, que hace un especial énfasis en la utilización de alta tecnología para ver y apreciar aquello que normalmente se escapa a nuestros ojos. el segundo video muestra en detalle la expulsión de las esporas
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Con información de www.abc.es