Reporteros Sin Fronteras (RSF) manifestó hoy "asco" por la agresión a dos candidatas a diputadas y a unos periodistas en una emisión de televisión en directo del portavoz del grupo neonazi griego Amanecer Dorado, Ilias KasidiarisRSF mostró su satisfacción por la orden de arresto contra Kasidiaris emitida por la Fiscalía de Atenas y subrayó que "sería inadmisible" que, en tanto que diputado elegido en los comicios del pasado 6 de mayo, quede protegido por algún tipo de inmunidad parlamentaria.
La organización defensora de la libertad de prensa indicó que su comportamiento "es revelador de la agresividad general del partido Amanecer Dorado (...) y no hace sino confirmar los temores alimentados por precedentes incidentes".
Los hechos ocurrieron ayer durante un programa de la cadena ANT-1 en el que, además de Kasidiaris, participaban Liana Kanelli y Rena Dourou, candidatas al Parlamento por el Partido Comunista y por la formación izquierdista Syriza, respectivamente.
El debate fue subiendo de tono hasta que el portavoz del partido neonazi arrojó un vaso de agua a la cara de Dourou y se dirigió luego hacia la política comunista, a la que propinó varias bofetadas y puñetazos.
Según Reporteros, el portavoz neonazi a continuación pegó al presentador Giorgos Papadakis, a un cámara y a otros dos periodistas que trababan de retenerlo mientras huía.
Kasidiaris salió de las instalaciones de ANT-1 amenazando a los informadores que le fotografiaban.
La organización lamentó que, "con la grave crisis económica y la creciente violencia social, cada vez es más arriesgado para los periodistas griegos hacer su trabajo" y, al respecto, "el creciente activismo de grupúsculos de extrema derecha y de extrema izquierda constituyen temas sensibles".
Asimismo, RSF detalló el relato del periodista israelí del rotativo "Jerusalem Post" Gil Shefler, apaleado el pasado martes en pleno día cerca del museo arqueológico de Atenas cuando sacó su cámara para grabar un ataque, aparentemente contra inmigrantes, de una quincena de personas que iban con la cara oculta.
Shefler dijo que cinco de los agresores le persiguieron y, cuando le dieron alcance, le golpearon con palos en la cabeza y en el pecho.
También aseguró que la policía tardó veinte minutos en llegar, que fue hospitalizado y que considera haber tenido "mucha suerte" porque el resultado "habría podido ser mucho peor".
EFE
