Es una tarea difícil la que nos espera en Globovisión a quienes asumimos su conducción a partir de esta semana. Se trata, en lo personal, de la responsabilidad más compleja que me haya tocado afrontar como periodista y también como hombre que ha transitado por el camino de la política.
Lo decía claramente el colega Andrés Cañizález en una carta dirigida a este servidor, publicada el fin de semana por el diario Tal Cual. Y me permito citar uno de sus párrafos: “El manejo gerencial de un medio de comunicación en la Venezuela actual es a fin de cuentas una decisión política.
Tu tarea no será fácil. Desde mi punto de vista lo que tienes por delante es el tremendo desafío de seguir informando, en una sociedad en la cual el Estado hace mucha propaganda y brinda poca información, al frente de un medio que justamente deberá contribuir a cimentar un centro político en el cual confluyan diversidades políticas e ideológicas”.
Precisamente informar sigue siendo la tarea, y hacerlo con la mira puesta en la responsabilidad que tenemos con todos los ciudadanos. Con los que piensan de una manera u otra, porque esa es la conducta del periodismo en democracia. Y si algo debemos reivindicar es el compromiso con el hecho democrático, con el pluralismo, con la diversidad, con la justicia. Con el derecho del pueblo de estar informado y con la plena libertad de expresión.
Muchísima gente está pendiente de lo que va a ocurrir en Globovisión. En los días subsiguientes al anuncio de mi designación como director general del canal hemos recibido, principalmente vía Twitter, numerosos mensajes con recomendaciones y exigencias. Y todos los comentarios van desde quienes esperan que no se modifique un ápice la programación de Globovisión hasta quienes reclaman cambios radicales.
Hablaremos básicamente con hechos. Y cuando decimos que llegamos al canal a hacer periodismo no es porque se trate de una crítica a la forma en que se ha abordado la información antes de nuestra llegada, sino porque entendemos que en una sociedad como la nuestra el mejor aporte que podemos hacer los periodistas y los medios de comunicación social es ocuparnos intensamente de nuestro trabajo y vencer los obstáculos que nos lo impidan.
En lo personal, apuesto con toda mi energía vital por el periodismo plural. No podemos promover ni reclamar una sociedad en la cual reine el pluralismo si no lo practicamos, lo promovemos y lo defendemos.
No creo en el periodismo unilateral, crítico con el que piensa distinto e incondicional con quienes nos resultan afines. La verdad, como me dijo en una oportunidad una dirigente política canaria, es poliédrica, y así lo creo. Por lo tanto la visión polarizadora de la sociedad nos sustrae buena parte de lo esencial de los hechos, y nos fuerza a una interpretación limitada y maniquea de la verdad.
Espero que uno de los primeros resultados de nuestra presencia en el canal sea lograr que tengamos una presencia más plural en la pantalla. Sé que hubo intentos en el pasado reciente que no dieron resultados. Pero vamos a insistir. Como vamos a insistir en que el canal sea un espacio de primer orden para el debate democrático, de altura y profundidad. Más que el canal, Venezuela lo necesita.
Los trabajadores de Globovisión han transitado por momentos críticos, por grandes dificultades para el ejercicio de la labor comunicacional, y han dado muestras de coraje. Son ellos los que salen a la calle y sufren en carne propia los efectos de la polarización y la intolerancia. Quiero decirles que les tenemos un gran respeto, y que ese coraje será muy necesario en los días por venir, cuando estemos entrando en una nueva etapa de Globovisión. Una etapa de continuidad con cambios que, por supuesto, no serán bruscos, pero que irán en la dirección de alcanzar nuestros objetivos como medio informativo.
