Miles de fieles católicos esperan ya al papa Francisco en la llanura de Síbari, en la provincia de Cosenza (Calabria, sur), donde oficiará una misa que pondrá fin a una jornada histórica, simbólica contra los crímenes de la mafia italiana.
Banderas con franjas amarillas y blancas, los colores del Vaticano, tiñen la zona de Síbari a la espera de la llegada del máximo representante de la Iglesia católica que está prevista para las 16.00 hora local (14.00 GMT).
La misa pondrá fin a un viaje de 12 horas en las que el pontífice argentino ha visitado Cassano allo Jonio (Calabria, sur), el pueblo en el que la mafia local, la Ndranghetta, asesinó el pasado enero a un niño de 3 años.
Según apuntan diversos medios italianos, miles de personas procedentes de Calabria, pero también de otras regiones cercanas, esperan ya al papa argentino, hidratándose con botellas de agua para soportar el calor y el sol.
Quieren escuchar la homilía que Francisco les leerá, después de haber visitado esta mañana a los presos de la cárcel de Castrovillari, en Cosenza, y a los enfermos ingresados en el hospicio "San Giuseppe Moscati", en Cassano.
El cuerpo del niño Nicola Campolongo fue encontrado carbonizado junto al de su abuelo y el de la nueva compañera sentimental de éste, dentro de un coche en medio de un campo a las afueras de Cassano.
La crudeza de este asesinato conmocionó a toda Italia y también al papa Francisco, quien pidió, durante un encuentro que mantuvo con víctimas de la mafia, rezar por el niño y por los responsables para que se arrepintieran de sus crímenes.
"Rezo por vosotros y por vuestro bien. Os lo pido de rodillas, ¡cambiad! ¡Convertíos!", clamó, entonces, el obispo de Roma.
Hoy, y por primera vez en su pontificado, Jorge Bergoglio ha visitado este pueblo calabrés para condenar in situ los delitos cometidos por la mafia italiana y apoyar, al mismo tiempo, a los habitantes de este municipio que ha sido escenario de varios enfrentamientos entre familias de la Ndranghetta en los últimos meses.
EFE
Banderas con franjas amarillas y blancas, los colores del Vaticano, tiñen la zona de Síbari a la espera de la llegada del máximo representante de la Iglesia católica que está prevista para las 16.00 hora local (14.00 GMT).
La misa pondrá fin a un viaje de 12 horas en las que el pontífice argentino ha visitado Cassano allo Jonio (Calabria, sur), el pueblo en el que la mafia local, la Ndranghetta, asesinó el pasado enero a un niño de 3 años.
Según apuntan diversos medios italianos, miles de personas procedentes de Calabria, pero también de otras regiones cercanas, esperan ya al papa argentino, hidratándose con botellas de agua para soportar el calor y el sol.
Quieren escuchar la homilía que Francisco les leerá, después de haber visitado esta mañana a los presos de la cárcel de Castrovillari, en Cosenza, y a los enfermos ingresados en el hospicio "San Giuseppe Moscati", en Cassano.
El cuerpo del niño Nicola Campolongo fue encontrado carbonizado junto al de su abuelo y el de la nueva compañera sentimental de éste, dentro de un coche en medio de un campo a las afueras de Cassano.
La crudeza de este asesinato conmocionó a toda Italia y también al papa Francisco, quien pidió, durante un encuentro que mantuvo con víctimas de la mafia, rezar por el niño y por los responsables para que se arrepintieran de sus crímenes.
"Rezo por vosotros y por vuestro bien. Os lo pido de rodillas, ¡cambiad! ¡Convertíos!", clamó, entonces, el obispo de Roma.
Hoy, y por primera vez en su pontificado, Jorge Bergoglio ha visitado este pueblo calabrés para condenar in situ los delitos cometidos por la mafia italiana y apoyar, al mismo tiempo, a los habitantes de este municipio que ha sido escenario de varios enfrentamientos entre familias de la Ndranghetta en los últimos meses.
EFE